LONDRES — La UEFA retiró el viernes la organización de la final de la Champions League a Rusia y París reemplazará a San Petersburgo como sede tras la invasión rusa de Ucrania.
El partido por el título de la máxima competición continental de clubes se disputará el 28 de mayo en el Stade de France de la capital francesa, con capacidad para 80,000 personas.
“La UEFA desea expresar su agradecimiento y reconocimiento al presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, por su apoyo personal y su compromiso para que el partido más prestigioso del fútbol de clubes europeo se traslade a Francia en un momento de crisis sin precedentes”, señaló la entidad en un comunicado.
INICIALMENTE, LA FINAL SE IBA A DISPUTAR EN SAN PETERSBURGO
“Junto con el gobierno de Francia, la UEFA apoyará plenamente los esfuerzos de las múltiples partes interesadas para garantizar el rescate de los futbolistas y sus familias en Ucrania, que se enfrenta a un terrible sufrimiento humano, destrucción y desplazamiento”.
En la reunión del comité ejecutivo del órgano rector del fútbol europeo se decidió además que los clubes rusos y ucranianos, así como sus selecciones, deberán jugar sus choques de competiciones continentales en campos neutrales hasta nuevo aviso.
El Stade de France albergó la final de la Champions de hace 16 años, cuando el Barcelona derrotó al Arsenal.
El estadio de San Petersburgo, con un aforo de 68,000 personas fue seleccionado en 2019 para la final de 2021, pero su turno se demoró un año como consecuencia de las alteraciones causadas por la pandemia del coronavirus.
El recinto lleva el nombre de la empresa energética estatal rusa Gazprom, que es uno de los principales patrocinadores de la Liga de Campeones y la Eurocopa, ambas organizadas por la UEFA.
Uno de los miembros del comité ejecutivo de la UEFA, Alexander Dyukov, es el director general de una filial de la empresa rusa.
La decisión se tomó mientras las bombas y las tropas rusas golpeaban Ucrania en el primer día completo de invasión y los líderes mundiales comenzaban a afinar una respuesta que busca castigar a la economía rusa y a sus líderes, incluyendo el círculo íntimo del presidente, Vladimir Putin.