Cambio climático

Cortes de energía ligados a fenómenos meteorológicos

Los cortes de energía a gran escala son cada vez más comunes en los Estados Unidos, ya que el tiempo extremo causa estragos en una red eléctrica anticuada. Estas interrupciones afectan a millones de personas y cuestan a la economía miles de millones de dólares cada año.

The board that oversees ERCOT held an urgent meeting Wednesday morning to discuss the winter storm that crippled most of Texas last week. They offered apologies for the devastation the power outages have caused and pledged to gather the facts to help lawmakers determine how to prevent it from ever happening again.

En Texas una tormenta invernal bastante inusual causó un apagón para más de medio millon de personas. En una entrevista, el gobernador de Texas Greg Abbott culpó equivocadamente a la energía solar y eólica de los apagones en su estado diciendo "esto muestra cómo el Nuevo Acuerdo Verde sería un acuerdo mortal para los Estados Unidos de América".

En realidad, las plantas de gas natural, se desconectaron y la demanda de la energía que producen subió a medida que la gente de todo el estado encendió los calentadores para mantenerse calientes, causando un enorme déficit de energía.

A principios de agosto 2020, el huracán Isaías causó un apagón para más de 2 millones de clientes en los estados del noreste, dejando a muchos sin electricidad durante una semana.

Antes de que finalizara el mes, el huracán Laura dejó a 400,000 clientes en la oscuridad, y al menos siete personas murieron por monóxido de carbono que inhalaron de los generadores utilizados durante los cortes eléctricos prolongados.

California experimentó apagones antes de que llegara el mes de septiembre, ya que las temperaturas triple dígitos batieron récords en todo el estado.

Huracanes, incendios forestales, tormentas de hielo, inundaciones, olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos están creciendo en frecuencia o intensidad con el cambio climático.

A la falta de agua se le suma la suspensión del servicio eléctrico.

En combinación con la envejecida infraestructura eléctrica de la nación, el tiempo extremo está causando daños frecuentes a nuestro sistema eléctrico, costando a los estadounidenses y a la economía decenas de miles de millones de dólares cada año, e impactando la salud pública. Entre 2003 y 2012, se estima que las interrupciones relacionadas con mal tiempo le han costado a la economía estadounidense un promedio anual ajustado por inflación de hasta $33 mil millones de dólares.

Mientras que para muchos, los apagones son una molestia y son económicamente disruptivos, también tienen el potencial de convertirse en una amenaza para la vida en cuestión de horas para ciertas poblaciones vulnerables.

La pérdida de electricidad pone en riesgo a los centros de salud y puede detener los equipos esenciales. Refrigeración, calefacción y enfriamiento son servicios primordiales durante el invierno o el verano. La falta de electricidad también detiene los equipos de bombeo de agua potable, y las plantas de tratamiento de aguas residuales, que pueden forzar la liberación de aguas negras en las vías fluviales.

El fenómeno se debe a un vórtice polar.

Climate Central analizó 20 años de datos de cortes de energía, que son suministrados por las empresas de servicios públicos al gobierno federal y la Corporación de Confiabilidad Eléctrica de Norteamérica. Los datos muestran: 

  • Un aumento del 67% en cortes de energía mayores comparando la década más reciente con la primera década de los años 2000 (aquellos que afectan a más de 50.000 clientes).
  • 34 estados y el Distrito de Columbia han tenido aumentos en cortes de energía mayores por eventos meteorológicos.
  • Michigan lideró todos los estados con 111 cortes de energía mayores relacionados con mal tiempo entre 2000 y 2019, con un promedio de al menos 160.282 clientes afectados cada año durante esas dos décadas.
  • Texas ocupó el segundo lugar con 105 interrupciones y también promedió más de 245.000 clientes afectados anualmente. (Para obtener más información de estado y clasificaciones, haga clic en Descarga de Datos para un CSV.)

El análisis mostró variación regional, con el mayor número de interrupciones relacionadas con el tiempo ocurriendo en el noreste y el sureste. 

Entonces, ¿qué se puede hacer para no perder la luz? Si bien la mejora de la red energética del país para que sea más resistente es costosa y desafiante, hay una serie de soluciones prometedoras para ayudarnos a adaptarnos a condiciones meteorológicas cada vez más extremas, y muchas que incluso pueden reducir las emisiones de carbono. Estas son algunas:

  • Las microredes son sistemas de energía autosuficientes con una huella geográfica más pequeña y distinta, como un campus universitario, un complejo hospitalario, un centro de negocios o un vecindario. En el caso de un apagón generalizado en la red principal, las microredes – que también pueden ser alimentadas más fácilmente por fuentes de energía renovalbes – pueden mantener la electricidad fluyendo.
  • Con los costos de las tecnologías de almacenamiento de energía solar y de baterías disminuyendo rápidamente, urbanizadores y propietarios de edificios están examinando cada vez más los sistemas fotovoltaicos y de almacenamiento de baterías para reemplazar a los generadores de reserva tradicionales. Después de que el huracán María devastó la red energética de Puerto Rico en 2017, se hicieron planes para instalar microredes y el sistema de almacenamiento solar y de baterías más grande del país.
  • Las tecnologías de "red inteligente" son tecnologías de comunicación bidireccionales que incluyen sensores que permiten a los operadores evaluar la estabilidad de la red y proporcionar a los consumidores una mejor información sobre las interrupciones. Investigaciones recientes también ofrecen la posibilidad de pronósticos más precisos de los apagones por huracanes para apoyar mejor la toma de decisiones en preparación para emergencias cuando tormentas amenazan a las comunidades costeras e interiores.
  • El "endurecimiento" de la red incluye una gama de medidas de resiliencia baratas a costosas, incluyendo la gestión de la vegetación (poda de árboles), la sustitución de postes eléctricos de madera por postes de acero u hormigón, y el soterrado de líneas de transmisión aéreas.
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