Un análisis reciente encontró que las temperaturas promedio de otoño están aumentando debido al calentamiento global. Climate Central descubrió que las temperaturas de verano persisten más tiempo, inmiscuyéndose cada vez más en la temporada de otoño.
De las 242 ciudades analizadas en los Estados Unidos, el 77% (186) registró su último día de temperaturas similares al verano un promedio de tres o más días después desde 1970 con la mitad (122) demoradas por una semana o más. Los cambios más grandes fueron reportados en la región del Golfo: Florida y Texas encabezan la lista.
Las temperaturas otoñales atrasadas presentan consecuencias para los ecosistemas. La intrusión del calor del verano en las estaciones más frías genera un desafío significativo para las especies nativas de plantas y animales cuyos ciclos de vida están programados en torno a los cambios estacionales que alguna vez eran confiables. Por ejemplo, las tácticas naturales para soportar las temperaturas frías del invierno se retrasan, lo que significa migración, hibernación y caída de hojas más tarde.
Una temporada sin heladas más larga significa problemas para los alérgicos, pero podría también resultar en más tiempo para crecer y cosechar cultivos por un promedio de dos semanas adicionales desde 1970. Si bien esto puede ser un posible beneficio para algunos agricultores y cultivos en algunos lugares, hay numerosos otros impactos del cambio climático en la agricultura, como el estrés hídrico, el agotamiento de los rendimientos de los cultivos y otros riesgos para los trabajadores agrícolas debido al calor excesivo y las pérdidas por aumentos en los fenómenos meteorológicos extremos.
Las temperaturas más frías son lo que mantiene a raya a muchas plagas y especies invasoras, por lo que el frío en retirada también podría favorecer la supervivencia de más mosquitos, garrapatas (y las enfermedades que transportan), así como plagas de cultivos y hierba mala.
Local
Los ecosistemas naturales son complejos. Intervenir para conservar una especie querida o suprimir el crecimiento de una desfavorable puede no estar en nuestras manos. Nuestra mejor esperanza para estabilizar nuestro clima es reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.