El legado de Michael Jackson, a diez años de su muerte

La vida del genial artista estuvo marcada por la fama y los escándalos.

La noticia saltaba a las 2:44 pm hora local en Los Ángeles. TMZ, web especializada en información sobre famosos, anunciaba la muerte de Michael Jackson a los 50 años tras sufrir un paro cardíaco, un suceso que aún estremece a sus millones de admiradores en todo el mundo.

Todos los medios se pusieron bajo alerta, pero optaron por no apretar el gatillo antes de tiempo.

La fuente, que con el tiempo ha demostrado ser plenamente solvente gracias a sus turbias prácticas (pagan por la información), no era por entonces sinónimo de fiabilidad.

La web publicó un primer urgente en el que se avanzaba que Jackson había sufrido un paro cardiaco. Todos se pusieron sobre la pista, pero no publicaron una sola palabra hasta que las confirmaciones comenzaron a llegar vía CNN y Los Angeles Times.

TMZ volvió a adelantarse y dio la muerte de Jackson en exclusiva. Los grandes medios tardaron varios minutos en verificarlo y publicarlo de forma independiente. Había nacido una nueva era en el periodismo del entretenimiento, en el que TMZ iba varios pasos por delante del resto.

El genial y excéntrico Jackson falleció el 25 de junio de 2009 por sobredosis de anestésicos en su mansión alquilada cerca de Bel Air.

Su deceso provocó un terremoto mediático como nunca he vivido en 11 años como corresponsal en Los Ángeles, ya fuera en el centro médico de UCLA donde falleció (inundado por curiosos), en el homenaje que se le dedicó en el Staples Center el 7 de julio (con centenares de fans en los exteriores) o en el juicio contra su médico personal (con decenas de fans durmiendo a las puertas de la Corte para conocer la resolución).

La autopsia reveló que una dosis excesiva de medicinas con una alta presencia de benzodiazepina, compuesto empleado para tratar el insomnio y la ansiedad, causó el fallecimiento.

El médico personal del artista, Conrad Murray, reconoció que, tras inyectar los sedantes al artista aquella mañana, abandonó la habitación donde se encontraba para atender unas llamadas. A su regreso, se encontró a Jackson inerme y sin pulso sobre la cama.

Murray fue sentenciado a cuatro años de cárcel en 2011 por homicidio involuntario.

Nada, al menos en la esfera pública, hacía presagiar ese final. Apenas tres meses antes, Jackson había anunciado su regreso a los escenarios para julio con un evento de despedida compuesto por 10 conciertos en el O2 Arena de Londres (la cifra aumentó hasta 50 por la fuerte demanda) que llevaba por nombre "This is It" (Esto es todo), un título de lo más premonitorio.

"Estas serán las funciones con las que se bajará el telón", dijo el artista, muy delgado y con aspecto frágil durante su breve intervención.

"This is It" iba a ser el broche de oro a la carrera de Jackson, su regreso por todo lo alto tras años de ausencia en los escenarios, un declive en el que se vio sumido tras ser acusado de pederastia y llevado a juicio en 2005.

Fue declarado inocente, si bien su imagen pública nunca se recuperó plenamente y sus excentricidades -relacionadas con su apariencia y las actitudes con sus propios hijos- y problemas económicos generaban más titulares que su arte -su último disco de estudio, "Invincible", fue lanzado en 2001.

Jackson quería acariciar a su público una vez más echando la vista atrás a su estratosférica carrera, forjada ante la mirada implacable de su padre, Joe, a quien el artista llegó a acusar de abusos físicos y emocionales.

Esa turbia relación fue el origen de su devoción por los niños, vista como puro amor hacia el prójimo por sus fans y principal fuente de críticas para sus mayores detractores.

De hecho, el reciente documental "Leaving Neverland", estrenado en el festival de Sundance, narra los supuestos abusos sexuales de Jackson a dos menores de edad.

"Es otra morbosa producción en un indignante y patético intento de aprovecharse y sacar partido de Michael Jackson", apuntaron sus herederos en un comunicado.

La polémica, diez años después, le sigue rodeando. Y sus tres hijos (Prince Michael, Paris y Blanket) crecen sabiendo que nunca encontrarán mayor alivio y acomodo que ese luminoso e inigualable legado musical que aún emociona a millones de personas.

Galardonado con 15 premios Grammy, junto con los premios especiales de la Grammy Legend y Grammy Lifetime, 26 American Music Awards, 16 World Music Awards, el genio de Indiana sigue siendo considerado una de las grandes figuras de la historia de la música universal, con 350 millones de discos vendidos en todo el mundo.

Gran parte de esas cifras de escándalo comenzaron con el fenómeno de "Thriller" (1982), que, según el libro Guinness de los Récords, continúa siendo el disco más vendido de la historia y el primero que logró rebasar las más de 100 millones de copias en todo el mundo.

Pero la sombra de Jackson se extiende mucho más allá de los fríos datos. Musicalmente, sin ir más lejos, con el lanzamiento de "Don't Stop 'til You Get Enough" en 1980 fue uno de los grandes modernizadores del funk y la música disco en un momento en el que ambos estilos parecían agotados.

Aquel tema, uno de los tres que compuso para su quinto disco en solitario, "Off the wall" (1979), representó su salto a la madurez, la prueba real de que existía un futuro para él fuera de los Jackson Five, no solo como intérprete, sino también como autor.

"Fue el disco que convirtió la música negra en música para todos", recordaría Pharrell Williams.

Las esperanzas depositadas en él se confirmaron con el citado "Thriller", que contenía el contagioso tema homónimo, impulsado por un videoclip dirigido por John Landis que reformuló completamente este género: contaba con espectaculares efectos especiales, una coreografía imitada hasta la saciedad y un desarrollo narrativo que rendía homenaje al cine de terror a lo largo de... ¡12 minutos!

Incluido en el Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. como "el vídeo musical más famoso", su estreno en la cadena MTV cambió los modos de promoción de la música, que dejaron de estar puramente centrados en la radiofórmula.

Para él desde luego tuvo una importancia vital y en 1987 lanzó otro hito audiovisual, el clip de "Bad", dirigido por Martin Scorsese.

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