SAN DIEGO- El representante Juan Vargas, demócrata por San Diego, exigió este sábado que el presidente Donald Trump sea destituido de su cargo después del ataque del miércoles al Capitolio de Estados Unidos por una multitud de partidarios de Trump.
En una conferencia de prensa este sábado por la mañana en el Salón de Justicia, Vargas dijo que Trump era un “rey loco con un poder enorme y es extremadamente peligroso para este país”.
Los pedidos de un segundo juicio político contra Trump se hicieron más fuertes en Capitol Hill el viernes. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por San Francisco, dijo que el Congreso procedería con los procedimientos de juicio político a menos que Trump deje el cargo “de manera inminente y voluntaria”.
Trump fue atacado por incitar a una turba que irrumpió en el Capitolio de los Estados Unidos mientras los legisladores contaban los votos del Colegio Electoral. Cinco personas, incluida una mujer de San Diego, murieron durante el incidente.
Trump finalmente emitió un video el jueves por la noche condenando a los alborotadores.
“Ahora hay que enfriar los ánimos y restaurar la calma. Debemos seguir con los asuntos de Estados Unidos”, dijo.
Vargas dijo que Trump “sabía exactamente lo que estaba haciendo. Estaba al mando de esta turba. Su familia estaba bailando, pensando que esto era genial. Ese hombre debería ser removido”.
Se le preguntó a Vargas si el juicio político era el camino a seguir, considerando que el mandato del presidente terminará pronto.
“Al menos lo mantiene fuera de balance para que no haga más daño a nuestra república”, respondió Vargas. También se le preguntó si estaba preocupado por un país dividido.
“Lo que me preocupa es un ataque nuclear” dijo Vargas. “Que él tenga todo ese poder. No me preocupa la familia dividida. Lo sobreviviremos”.
Trump ha insistido enérgicamente en que el fraude electoral lo llevó a su derrota en las elecciones, aunque sus múltiples desafíos legales en varios estados han sido rechazados por falta de evidencia.
Los funcionarios de los estados de todo el país, incluidos los funcionarios electorales republicanos en el estado de Georgia, campo de batalla, han negado rotundamente cualquier irregularidad en las elecciones.
