migrantes en Tijuana

“Una guerra que estamos perdiendo”: huyen de Michoacán para pedir asilo en EEUU

Tres madres tuvieron que dejar atrás sus hogares debido a la violencia que impera en su estado natal. Ahora esperan en Tijuana con la esperanza de obtener asilo.

Telemundo

Tres madres michoacanas tuvieron que dejar sus hogares para escapar de los secuestros, el asesinato de seres queridos y las amenazas de muerte de los temidos carteles del narcotráfico.

Ellas forman parte del 30% de la población que se encuentran en los albergues fronterizos en Tijuana. Allí, esperan la oportunidad de la plena restauración de las peticiones de asilo político en Estados Unidos, que han sido suspendidos por la pandemia.

En este albergue, intercambiaron sus hogares y toda su realidad unas carpas de escasos pies de ancho, en donde ahora duermen con incertidumbre.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, insistió este domingo en pedir a los migrantes que tratan de entrar en el país por la frontera con México que no lo hagan: "No vengan, la frontera no está abierta".

“Mataron a mi esposo”, cuenta una de las madres, que no quiso identificarse. “Llegó una llamada, [que dijo] que nos iba a pasar lo mismo y tuvimos que salirnos”. 

Otra madre destaca lo que tienen que enfrentar con los carteles del narcotráfico

“Te amenazan así para que sepas no están jugando”, dice esta madre, refiriéndose a lo que tuvo que vivir en medio de la violencia en su estado natal. “Me vi obligada a sacarlos [sus hijos] porque, no conforme con que me los secuestraron, ya los querían reclutar para su organización”. 

Estas madres cuentan que en el estado de Michoacán se vive una guerra no declarada.

“En Michoacán esta guerra no tiene para cuando terminarse. Es una guerra que estamos perdiendo todos”, cuenta una de ellas.

AMENAZAS DESDE LA DISTANCIA

Sin embargo, en Tijuana tampoco se sienten a salvo. 

“No podemos salir. Aquí estamos como si estuviéramos encarcelados o algo así porque siente uno que en cualquier momento te van a hacer daño”, destaca una de ellas. “Y más porque hemos recibido amenazas por teléfono de que ya saben donde estamos”.

Los tentáculos de los carteles llegan hasta la frontera, quitándoles la poca tranquilidad que han logrado lejos del hogar que dejaron.

“Aquí digamos que operan los carteles de la droga y los carteles del tráfico de personas”, dice Soraya Vázquez, de la organización “Al otro Lado” 

La incertidumbre sigue dominando a las diferentes comunidades de inmigrantes que están en la frontera sur a la espera de ingresar a los Estados Unidos. Pero los migrantes siguen topándose con cambios en las políticas migratorias.

“Están expuestos a eso y han sufrido ya secuestros, extorsiones, por parte del crimen organizado”.  

LA PETICIÓN DEL ASILO POLÍTICO

El éxito del amparo al otro lado para estos inmigrantes no está para nada garantizado.

El reto para estas familias que dejaron todo atrás huyendo de la violencia desmedida será en tener las pruebas suficientes para sustentar sus casos de asilo político.

“Estamos viendo que la gente está huyendo de situaciones de mucha violencia. Eso no aplica para el asilo. Eso no los beneficia en un caso de asilo”, señala Luis Miranda, comisionado adjunto, aduanas y protección fronteriza.

“Los casos de asilo son para categorías muy específicas de protección, por persecución especifica”.

Telemundo 52 está en la zona fronteriza de Tijuana en donde hay cientos de migrantes centroamericanos y de Michoacán, México que están huyendo de la violencia y amenazas de muerte.

“NO TERMINAR TIRADOS EN LA CALLE"

Mientras se aclara su panorama, las autoridades en Tijuana, en cooperación con el gobierno de Michoacán, prometen protección y recursos a este grupo de desplazados.  

“Van a hacer una casa michoacana aquí”, dice la alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero “Creo que la prevención nos va a llegar porque no es solo responsabilidad de Tijuana”.

Pero su futuro es incierto y esperan recibir la protección contra los incontables crímenes de los que han huido.

La violencia y falta de oportunidades económicas obligan a muchos a abandonar México.

 “Y que no terminen hechos pedacitos en una bolsa tirados en la calle”, es la esperanza de una de estas madres desplazadas. 

“Porque asi los dejan. Los cortan en [pedazos y los tiran, los disuelven en ácido y nunca vuelves a saber de tu hijo”. 

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