Martín Onti: Reconquistando la gloria alemana

El fútbol alemán intenta readueñarse de la hegemonía que poseía hace un par de décadas.

MOSCÚ, Rusia.- Al menos es lo que dejan ver las estadísticas, y su juego, y esa presencia que ostentan sus jugadores cuando saltan al campo, sus técnicos cuando hablan y hasta sus directivos sentados en el palco… El fútbol alemán quiere recuperar su gloria "semiperdida" en el tiempo e intenta readueñarse de aquella hegemonía que poseía un buen par de décadas atrás.

Es cierto que Alemania ha conseguido logros internacionales en los recientes años, pero también lo es que esos no están exentos de dudas futbolísticas y acusan esa falta de convicción que otros grandes equipos demuestran. 

Una Copa del Mundo a nivel de selecciones, triunfos aislados de sus representantes nacionales, conquistas en Champions League de su máximo exponente institucional en el concierto planetario, el Bayern de Múnich, le han ido dando estos últimos años ese protagonismo acotado que los mantenía en la "consideración futbolística2 planetaria pero que no era suficiente.

Alemania no destacaba con la autoridad de los viejos tiempos, al punto de que nuestros recuerdos de lo hecho por los teutones en la época de Franz Beckenbauer y Gerd Müller fuese lo trascendental del reconocimiento que tenemos de su fútbol, lo cual habla claramente de una etapa moderna de mediocridad manifiesta si comparada a los años de logros que los muchachos de Helmut Schön supieron culminar en el '74 ante la Holanda de Johan Cruyff.

Sin embargo, esa contemporaneidad futbolística que en sus distintas versiones estos días la Die Mannschaft está demostrando, hace que nos preguntemos si no ha llegado el momento de entender que un trabajo mancomunado de sus estamentos deportivos está consiguiendo ahora sus frutos camino a remontar las antiguas alegrías.

El equipo mayor, ya en la final de la Copa FIFA Confederaciones y con un conjunto alternativo donde sólo Draxler podría ser considerado como titular indiscutido, se juega ante la Chile de Juan Antonio Pizzi con sus más emblemáticas figuras, el título en Rusia.

En Cracovia, Polonia, la Sub-21 de Stefan Kuntz acaba de conquistar ante la España de Albert Celades el trofeo de la categoría para adecentar antecedentes que se van lustrando poco a poco en búsqueda de una notoriedad que se fue opacando tras la década del '70.

El camino de la reconquista de los objetivos nunca es fácil, más aún para quien ya ha sabido saborear la cima de los logros. Se necesitan dotes especiales y dedicación inquebrantable para volver a acariciar la gloria, y en ello está Alemania.

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