Investigadores de San Diego podrían haber encontrado el elixir de la juventud

Hasta hace poco la idea de revertir el tiempo parecía un sueño imposible, pero ya no. Investigadores del Instituto Salk en La Jolla han descubierto y logrado la forma de retroceder el reloj. Sí, revertir el envejecimiento y devolver la juventud.

El hallazgo lo realizaron a través de un estudio que utilizó ratones con un padecimiento llamado “Progeria”, que implica  un envejecimiento brusco. Después de tratar a los roedores, lograron rejuvenecer sus células adultas y convertirlas en células madre.

Paloma Martínez, investigadora del laboratorio del profesor Juan Carlos Izpisua, afirma que consiguieron retroceder el envejecimiento de los ratones hasta en un 30 por ciento.

Uno de los tratamientos utilizados fue la teoría conocida como los cuatro factores de “Yamanaka”, y aunque tendrían que modificarse de ratones a humanos antes de poder ser aplicada a las personas, los resultados podrían ser asombrosos.

Las mejoras irían desde un mejor funcionamiento de órganos y tejidos, evitando enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y hasta cáncer, todo producto de la edad.

“Cuando uno envejece hay muchos tipos células que dejan de proliferar o de estar en continua división, por ejemplo, es el caso del corazón que ya no se divide más, el caso del cerebro”,  dijo Reyna Hernández investigadora del Instituto Salk.

Jaime Silva tiene 60 años y es residente de San Diego. Su cabello ya se ha teñido de gris, presenta bolsas en los ojos y hasta presión alta, ahora sueña todos los días con que este tratamiento pueda aplicarse en humanos.

“Sería algo fantástico porque no tendría que vivir con una pastilla todos los días”, dice emocionado.

Para entender la idea, el beneficio sería interno, más que estético. Una persona de 60 años tratada de esta forma, seguiría teniendo su edad, pero con un organismo similar al de una persona de 40.

El siguiente paso del grupo de investigadores de 11 países del Instituto Salk, es aplicarlo en humanos, aunque tendremos que ser pacientes. El tiempo con certeza no se sabe, pero la aplicación de un método similar en humanos podría ocurrir dentro de los siguientes 15 años.

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