Polonia aguarda impaciente la llegada este miércoles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una visita "histórica" que otros aliados europeos "envidian", ha dicho el líder del partido gobernante Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, quien quiere que Varsovia le ofrezca una muy calurosa bienvenida.
Trump llega a la capital polaca para una breve visita que incluye una reunión mañana con su homólogo polaco, Andrzej Duda, un encuentro con jefes de Gobierno de Europa Central y Oriental y un discurso en la céntrica plaza Krasinksi de Varsovia, donde se encuentra el monumento al alzamiento de la ciudad contra la ocupación nazi, símbolo de la lucha del país por su independencia.
La elección de esta plaza se interpreta en Polonia como una maniobra de Trump para recordar públicamente el oscuro pasado de Alemania, país al que se trasladará mañana para asistir a la cumbre del G20 (grupo de países desarrollados y emergentes).
El Gobierno polaco espera que esa intervención sirva para que Trump reafirme el compromiso de la OTAN con la defensa colectiva de todos sus miembros,
En una reciente entrevista con Efe, el ministro de Exteriores polaco, Witold Waszczykowski, aseguró que Varsovia nunca ha tenido dudas del compromiso de EEUU con la Alianza y recordó que Polonia ha cumplido el compromiso de aumentar su gasto militar hasta el 2% de su producto interior bruto (PIB), antes que otros muchos aliados.
Waszczykowski también mostró su deseo de que Trump confirme por cuánto tiempo permanecerán en Polonia y las repúblicas bálticas las tropas enviadas por EEUU y otros países de la OTAN para reforzar la seguridad regional ante un riesgo de expansionismo ruso en la zona.
Expectativas aparte, las autoridades polacas no pueden ocultar su satisfacción con la visita, que se percibe como una aprobación tácita a las políticas del Gobierno polaco, muchas de ellas cuestionadas por las autoridades europeas.
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Se ve además como un reconocimiento al peso de Polonia en la región, ya que Trump llega a Varsovia antes de visitar a aliados tradicionales de Washington en Europa, como Alemania, Gran Bretaña o Francia.
Kaczynski, líder de un partido de orientación nacionalista y conservadora, considera que la visita de Trump es un "éxito" que otros aliados "envidian".
Otro de los puntos clave de esta visita será previsiblemente la oferta estadounidense de exportar gas licuado a Europa central y oriental, con el objetivo de reducir la dependencia energética de Rusia.
Trump se reunirá con los líderes de doce países de la región, a los que previsiblemente propondrá un aumento de las importaciones de gas licuado y la posibilidad de contar con inversiones estadounidenses.
El encuentro también podría servir a Washington para reivindicar su distancia con el acuerdo de París contra el cambio climático, ya que Polonia se destaca por su dependencia del carbón y por desmarcarse de las normas europeas en favor de las energías verdes.
Las autoridades han diseñado un fuerte dispositivo de seguridad y varios miles de policías ya patrullan las calles del centro de Varsovia, donde se han retirado mil cubos de basura y 700 jardineras para evitar el riesgo de que sirvan para ocultar algún tipo de artefacto explosivo.
Mientras, tiradores de elite se apostarán en los tejados de algunos de los edificios por donde pasará la comitiva presidencial estadounidense
Polonia y su capital quieren garantizar que se ofrecerá una calurosa bienvenida a Donald Trump, más de la que podría esperar en otros países de Europa Occidental.
Y para asegurar un recibimiento sin disidencias, la oposición no ha sido invitada a los actos centrales, aunque cada diputado de Ley y Justicia sí podrá invitar a cincuenta personas al discurso de Trump en Varsovia y la formación política costeará el autobús para el traslado.
