Ejecutan al primer reo en Arkansas en 12 años

Fue el primer preso de un grupo de ocho con suspensión temporal de su pena capital.

ARKANSAS - Arkansas ejecutó a un preso por primera vez en casi doce años, dentro de su plan para ejecutar a varios reos antes de que expire su reserva de un fármaco el 30 de abril. Tres de las ejecuciones previstas este mes fueron canceladas por decisiones judiciales.

Ledell Lee fue el primer reo ejecutado en el estado desde 2005. Su muerte se certificó a las 23:56 del jueves, cuatro minutos antes de que expirase la orden de pena capital.

Lee, de 51 años, fue enviado al corredor de la muerte por matar a golpes a su vecina, Debra Reese, en 1993. La víctima fue golpeada 36 veces con una herramienta para neumáticos que su marido le había dado para protegerse. Lee fue detenido menos de una hora después del crimen tras gastarse parte de los 300 dólares que había robado a Reese.

El estado había programado en un principio cuatro ejecuciones dobles durante un periodo de 11 días en abril. Habría sido la cifra más alta en cualquier estado en tal lapso tan comprimido desde que la Corte Suprema de Estados Unidos restableció la pena capital en 1976. Arkansas dijo que debía hacerlo en un periodo tan ajustado antes de que sus reservas de uno de los fármacos utilizados en la inyección letal expirase el 30 de abril.

Las primeras tres ejecuciones fueron canceladas por decisiones judiciales.

Lee se convirtió en el séptimo preso ejecutado este año en EEUU y en el 1,449 desde que el Supremo reinstauró la pena de muerte hace cuatro décadas. Arkansas ha ejecutado a 28 de esos presos.

Hay otras dos previstas para el lunes y una para el 27 de abril. Otro reo que iba a ser ejecutado la semana que viene ha recibido una moratoria.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio el visto bueno a la ejecución de Lee menos de una hora antes de que expirase la orden, rechazando varias apelaciones de último minuto presentadas por los abogados de la defensa. Otro fallo anterior del Supremo del estado había permitido a las autoridades emplear un fármaco para la inyección letal que según un proveedor se había adquirido desinformando a la empresa.

Arkansas abandonó sus planes de ejecutar a un segundo preso, Stacey Johnson, el mismo día en el que el Supremo dijo que no reconsideraría su suspensión de la condena, emitida para que Johnson pueda pedir más pruebas de ADN con la intención de demostrar su inocencia.

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