Un joven murió atropellado en una autopista en Los Ángeles, California, minutos después de que un chofer del servicio de transporte Lyft lo hubiera dejado allí.
El chofer, por su parte, afirma que tuvo que sacar al pasajero de su vehículo porque estaba borracho y fuera de control.
Justin Lavelle, de 23 años y quien se dirigía a casa de un amigo, presentaba fracturas graves en gran parte de su cuerpo cuando fue atendido por paramédicos en plena autopista.
“La primera vez cuando yo hablé con Justin, él me llamó, estaba teniendo problemas con el manejador de Lyft”, aseguró Omar Quintero, el amigo de la víctima.
En una segunda llamada, Quintero afirma que habló con el chofer. “El señor estaba un poquito acelerado, estaba gritando, estaba enojado. Cuando yo hablé con Justin, estaba tranquilo. El señor me dijo que él iba a bajar a Justin, lo iba a tirar en el ‘freeway’ (autopista), yo le dije que no hiciera eso, que por favor lo dejara en mi casa”, indicó.
La razón de la discusión se desconoce, dijo el portavoz de la Patrulla de Caminos, encargada de investigar por qué la víctima estaba en la autopista, y quién lo atropelló.
El chofer de Lyft, que de acuerdo a la compañía fue despedido, admitió haber bajado a Justin del automóvil, pero negó haber rociado al joven con gas pimienta, y alegó que estaba borracho.
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“Él sujetó el volante y no podía moverlo ni una pulgada. Habría muerto. No tenía otra opción que dejarlo. Hice lo que hice para salvar mi vida”, expresó el conductor Tariq Rasseed.
Amy Lavelle, madre de la víctima, dijo que también recibió una llamada de su hijo. “Él estaba gritando desesperadamente y me dijo que lo rociaron con gas pimienta. Yo le pregunté dónde estaba y quién le hizo eso, y él continuaba gritando. Después me dijo que estaba en la autopista, eso fue lo último que supe, porque la comunicación se desconectó”, aseguró la mujer.
