Trama rusa: Trump dice que memo secreto lo exonera

El FBI dijo que hacer público un documento confidencial pone en peligro la seguridad nacional.

Afirmando que fue reivindicado y afanándose para frustrar la investigación en torno a Rusia, el presidente Donald Trump levantó el viernes los sellos de privacidad a un memo del Congreso altamente confidencial, e insinuó que demuestra graves deficiencias en la pesquisa a su campaña presidencial.

Los demócratas, por su parte, aseveraron que el documento no contiene nada que los exonere a él o a su campaña, y el FBI comentó que puso en peligro la seguridad nacional.

El memo, redactado por los republicanos de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, afirma que el FBI se sustentó en demasía en una investigación contra Trump financiada por demócratas a fin de conseguir una orden para monitorear las comunicaciones de un allegado a la campaña del actual presidente, y que las autoridades federales ocultaron todos los detalles sobre quién pagaba por la información.

Trump les ha estado diciendo a sus confidentes que creía que el documento daría validez a sus preocupaciones de que el FBI y el Departamento de Justicia conspiraron en su contra. Pero el FBI señala que el memo de cuatro páginas es impreciso y carece de contexto. Además, los demócratas señalan que el legajo, que difunde material que a menudo es considerado con el mayor nivel de confidencialidad de seguridad nacional, es selectivo con los temas de discusión de los republicanos a fin de ensuciar la labor de las agencias del orden.

El representante Adam Schiff, el demócrata de mayor rango en la comisión, indicó que el documento republicano “caracteriza de forma errónea información sumamente confidencial y delicada” y que “la difusión selectiva y la politización de información confidencial genera un terrible precedente y perjudicará a largo plazo a la comunidad de inteligencia y a nuestras agencias del orden”.

El memo era confidencial debido a que habla de órdenes que se obtuvieron de la Corte de Investigación de Inteligencia Extranjera (FISC, por sus siglas en inglés). La Casa Blanca desclasificó el documento el viernes y lo envió al presidente de la comisión de inteligencia, el representante republicano Devin Nunes, para su publicación inmediata.

Es posible que la revelación incremente aún más el conflicto al interior del gobierno que ha distanciado al mandatario y a los titulares de las agencias de la ley que él mismo eligió.

La medida también se presenta mientras Trump y legisladores republicanos intentan desacreditar la investigación del fiscal especial Robert Mueller, que se enfoca no solo en si la campaña de Trump se coordinó con Rusia, sino también en si el presidente intentó obstruir a la justicia. Los republicanos aprovecharon las acusaciones que contiene el memo para argumentar que la pesquisa del FBI contenía tintes políticos desde el comienzo.

Pero el memo no hace nada por responder a las dudas sobre obstrucción que han provocado el interés de Mueller por entrevistar a Trump. También revela que la investigación del FBI comenzó meses antes, en el verano de 2016, basándose en información que involucra a otro asistente de Trump, George Papadopoulos, quien ya se declaró culpable de cargos federales.

Mueller heredó la pesquisa en mayo de 2017. Hasta el momento, la investigación ha derivado en cargos contra cuatro personas, incluyendo dos que ya se declararon culpables de mentirle al FBI.

Trump, quien lanzó una nueva serie de ataques contra el FBI y el Departamento de Justicia antes de la difusión del documento, se rehusó a expresar su confianza en el subsecretario de Justicia Rod Rosenstein, quien designó a Mueller y cuyo nombre aparece en el memo.

Cuando se le preguntó si era más probable que despidiera a Rosenstein y si seguía confiando en él, Trump respondió: “Averígüenlo ustedes”.

El memo ofrecía la primera confirmación del gobierno de que el FBI obtuvo en octubre de 2016 una orden secreta de la FISC para vigilar a Carter Page, miembro de la campaña de Trump, sobre la base de que el FBI creía que podría ser un agente de una potencia extranjera, en este caso: Rusia. Esa orden fue renovada varias veces, incluyendo la autorización de Rosenstein.

El memo afirma que la investigación realizada por el exespía británico Christopher Steele “formaba parte esencial” de la solicitud inicial de dicha orden judicial. No queda claro cuánta o qué información recabada por Steele se incluyó en la solicitud.

La investigación de Steele fue compilada en un dossier que contenía acusaciones sobre Trump y Rusia. Tampoco está claro cuánta de esa información fue corroborada por el FBI.

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