Un misil norcoreano llegaría a Nueva York en 39 minutos

Las 6,800 millas entres Pyongyan y Nueva York podrían ser recorridas rápidamente.

TOKIO - La rutina se ha vuelto bastante conocida. En algún momento de la mañana, un misil sale de su plataforma en Corea del Norte y emprende el vuelo, antes de caer en alguna parte del Océano Pacífico. Pero, ¿y si Pyongyang no estuviera sólo probando su arsenal o ejercitando a sus tropas? ¿Cuánto tiempo le tomaría alcanzar sus verdaderos objetivos?

Aquí, dos expertos hablan con The Associated Press sobre lo que sucedería si Corea del Norte disparara contra objetivos cercanos y remotos. Uno de ellos es David Wright, científico y codirector del programa de seguridad Global de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad; el otro es el analista Markus Schiller, de ST Analytics, una compañía consultora de tecnología aeroespacial y balística con sede en Alemania.

La conclusión: La situación se pondría muy fea, y muy rápido.

Nueva York y Washington están a menos de 6,800 millas de distancia, recorrido que requiere unos 30 minutos para ser cubierto, de acuerdo con Schiller, o de 38 a 39 minutos, según lo calculado por Wright.

El gobierno estadounidense se apoya en gran medida en su sistema terrestre de Defensa Contra Misiles, ubicado en la Base Aérea Vandenberg en California y en Fort Greely, Alaska, para interceptar los ICBMs que se dirijan al país.

De acuerdo con la Agencia de Defensa Contra Misiles de Estados Unidos, que calcula que Corea del Norte ahora "maneja cientos de misiles que pueden llegar a fuerzas estadounidenses emplazadas en la República de Corea y en Japón", los sistemas estadounidenses de defensa contra misiles como el GMD y el THAAD "desalientan a los adversarios de creer que pueden utilizar misiles balísticos para coaccionar o intimidar a Estados Unidos o sus aliados".

Pero los críticos hacen notar que el GMD, que ha costado 40,000 millones de dólares, falló en seis de sus nueve pruebas de intercepción entre 2002 y 2016. Afirman que la estrategia carece de "un plan creíble para vencer a medidas de contraataque" tales como los señuelos.

"En su forma actual, la defensa estratégica contra misiles es un desperdicio de recursos desde el punto de vista más positivo, y peligrosa desde el más negativo", escribió la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad en un informe publicado el año pasado. "No es un sistema confiable de defensa bajo condiciones del mundo real; al promoverla como una solución a un conflicto nuclear, las autoridades estadounidenses complican los esfuerzos diplomáticos en el extranjero, y perpetúan un falso sentido de seguridad que podría dañar al público" en Estados Unidos.

Wright dijo que, más allá de detener a un misil que se dirija al país, otra gran pregunta es qué haría -o debería hacer- un presidente estadounidense como respuesta.

"Los márgenes de tiempo son breves", señaló. "Incluso para los misiles de largo alcance, hay muchos pasos que es necesario tomar para detectar el lanzamiento y dilucidar qué es lo que fue disparado, lo que le deja al presidente tal vez unos 10 minutos para decidir si enviará un ataque en represalia".

Los ICBMs de tierra podrían estar en el aire en cinco minutos, mientras que los de los submarinos requieren 15.

Y una vez lanzados no pueden ser obligados a regresar.

Japón también cuenta con misiles Patriot que despliega, entre otros lugares, en terrenos del Ministerio de Defensa, en el centro de Tokio.

Junto con Estados Unidos ayudó a desarrollar el sistema naval Aegis, que está diseñado para interceptar misiles de mediano alcance; es decir, misiles con un alcance menor a las 3,100 millas.

Los Patriot están diseñados para interceptar misiles entrantes en "etapa terminal" - justo antes del impacto - en caso de que los misiles SM-3 del sistema naval Aegis no logren interceptarlos más lejos y más alto, a la mitad de su trayecto.

Schiller hizo un señalamiento sobre este punto: queda por verse si Pyongyang tiene una ojiva nuclear funcional y "no sólo un dispositivo nuclear que estalle en un túnel bajo condiciones de laboratorio".

Para ser clasificado como un ICBM -misil balístico intercontinental - el misil debe tener un alcance mínimo de 3,400 millas. Corea del Norte no tiene en estos momentos tal misil, hasta donde los expertos saben. El que lanzó el domingo estuvo cerca de eso, ya que voló durante 30 minutos en una trayectoria con bastante altitud que, si hubiera sido más rectilínea, dejaría entrever un alcance de aproximadamente 2,800 millas.

Ese alcance es suficiente para llegar a Guam, la crucial base militar estadounidense en el Pacífico, en alrededor de 15 minutos.

Más allá de esa distancia, su capacidad está en duda.

Schiller explicó que el tiempo que le toma a un ICBM cubrir sus primeros 5.500 km es normalmente un poco más de 20 minutos. Sin embargo, si se le dispara a alrededor de 6,200 millas de distancia aún alcanzará su objetivo en menos de 30 minutos, señaló.

Así que aunque Wright aludió a entre 33 y 34 minutos hasta San Francisco, Schiller pronostica un vuelo más rápido a la costa oeste de Estados Unidos, y dijo que un misil podría alcanzar Seattle (a 5,000 millas de distancia) y Los Ángeles (a 5,600 millas) en menos de 30 minutos después de su lanzamiento.

Pero eso es sí se asume que Corea del Norte realice el disparo desde su propio territorio.

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