Caravana Migrante

Colectivos discriminados tienen sus esperanzas puestas en EEUU

Sigue el calvario de la caravana migrante; durante su travesía por México hemos conocido diferentes historias de lucha que en su  mayoría se caracterizan por el temor a ser asesinados.

Este es el caso de un grupo de jóvenes discriminados quienes aseguran han sufrido todo tipo de abusos por ganarse la vida como sexo servidores.

“Aunque nosotros suframos, yo sé que dios nos va a dar la fuerza para salir adelante”, dijo un migrante hondureño a quien llamaremos Eric.

Él tiene 23 años y abandonó su natal Honduras hace 2 años debido a la pobreza en la que vivía con su familia. Cuenta que un día se llenó de fuerza y salió de su país en busca de mejores oportunidades.  

Fue así como cruzó a Guatemala, lugar donde se vio orillado a tomar decisiones que marcarían su vida para siempre.

Eric junto a otros jóvenes migrantes se metieron al mundo de la prostitución para ganar un poco más de dinero.

“Prefiero hacer eso que andar robando a las personas a ellos también les ha costado”, comenta Eric.

Sin embargo, él no es el único con ese pasado, entre la multitud hay un grupo de jóvenes que se dedicaba a lo mismo.

Muchos prefieren no ser identificados, ya que temen a las represalias de padrotes y pandilleros que les pedían pagar una cuota, pero otros sí cuentan su historia porque tienen la esperanza de que todo quede en el pasado una vez que entren a los Estados Unidos.

Varios de ellos aseguran que fueron golpeados en Guatemala y hasta baleados, ya que algunas pandillas no los querían en las calles, incluso Eric aún tiene cicatrices de un ataque.

Entre sus pocas pertenencias cargan los documentos de denuncias que levantaron en Guatemala, para cuando lleguen a la frontera puedan comprobar los abusos a los que fueron sometidos.

Por ahora, el grupo de jóvenes prefiere mantener ese lado de su vida en secreto no quieren que nadie de la caravana lo sepa, ya que temen a ser discriminados como lo eran en su país.

Su historia como la de otros discriminados por pertenecer a un grupo social en peligro, es de las que más peso tiene en una corte de inmigración a la hora de pedir asilo.  

“La crisis en Honduras está muy dura, ahora las personas se están muriendo de hambre”, dijo Eric.

Lo que si tienen muy claro es que si no les permiten la entrada a los Estados Unidos, ninguno regresaría a su país de origen, ya que de hacerlo están seguros que sería como firmar su sentencia de muerte. 

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