SAN DIEGO - Cuántos de nosotros hemos tenido que contratar a un abogado de inmigración o estamos pensando hacerlo para ajustar nuestro estatus migratorio en el país. Pero como en esta vida hay todo tipo de personas, tenemos que ser cautos, para que no nos ocurra lo que a esta familia de Rosarito.
Alejandra Manzo, dice que fue víctima de fraude. En el 2017 viajó desde Rosarito con sus tres hijos y su esposo para comenzar una nueva vida del otro lado. Cruzaron con visas de turismo y decidieron naturalizarse a través de su esposo estadounidense y veterano de guerra.
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“Mi esposo estaba trabajando mucho acá, más bien vivía acá [San Diego]. Lo que queríamos es estar unidos y que él no estuviera cruzando todos los días, y vinimos, nos gustó y decidimos quedarnos”, cuenta Manzo.
Para ello contrataron los servicios de un supuesto abogado, hasta que recibió una mala noticia.
“Me mandan la carta que me tenía que salir de Estados Unidos en 30 días porque no se había llenado los papeles como era. Y no habían enviado el formulario 1485, o sea él no había hecho nada”, dice Manzo.
Una pesadilla para cualquier inmigrante, quienes ponen su confianza, dinero y vida en las manos de los abogados de inmigración.
“Ya no teníamos dinero, y lo que hicimos para volver a empezar fue vender nuestra propiedad en México, en Rosarito”, dijo Manzo.
Abogados de inmigración
Sin dinero, con una orden de expulsión para ella y sus hijos, Alejandra encaró al estafador.
“Le dije tu ni eres abogado, y me dijo es que yo no te dije que era abogado”, y además no quería devolverle el dinero. Manzo recuerda que lo citó en una oficina diferente a la que conocía y la puso al borde de la deportación.
Según Esther Valdés, abogada de inmigración las solicitudes se las cobraron por miles de dólares, “más de $9,000”.
Después de indagar, Manzo encontró a la abogada Esther Valdés, y procedieron con su caso y a denunciar al susodicho.
“Esa persona de inmediato lo que se hace en este tipo de casos que es fraude de inmigración, se comunica a la barra del estado”, dice Valdés. “Resulta que el nombre de esa persona no aparece en los registros del clúster de abogados del California”.
“No era abogado, no era notario, no era nada”, dice Manzo.
“Esta persona simplemente estaba haciendo dinero, sin poder dar el trabajo, asesoría y falta de representación”, agrega Valdés.
Según Manso, ICE se acercó a la familia para decirles que ya habían identificado al abogado como un supuesto estafador “el oficial le dijo que tenían detectado a Marcelo, tenían fotos de él y que tenía afectada a varias familias y una familia que tenía niños con discapacidad”.
“También fuimos a la unidad de investigaciones de fraudes con UCIS, que rápidamente inicio una investigación y pudimos recibir un reembolso”, agrega Manso.
Finalmente, después de 3 años de litigio legal y de temor a la deportación, Alejandra Manso y sus hijos se presentaron a la corte de inmigración con la debida representación legal.
“En la entrevista el oficial bien amable y el caso es que nos dieron la residencia a los 4”, dice satisfecha.
Un final feliz, pero con muchos contratiempos, miedos y gastos innecesarios. Los cuales usted se puede ahorrar si antes de contratar los servicios de un abogado de inmigración busca su nombre en el clúster de abogados del estado. Calbar.ca.gov
