SAN DIEGO- Las tres mujeres conocen de primera mano la travesía de un migrante cuando cruzan la frontera, ellas trabajaron en el centro de convenciones donde cientos de menores no acompañadas fueron albergadas mientras esperaban reunificarse con sus familias.
"A mí me decían tía colochita, por el pelo rizado porque tengo los pelos bien colochos”, dijo Citlalli Castro fundadora de Casa de sueños.
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Citlali se refiere al grupo de niñas migrantes que cuidaba en el centro de convenciones.
“Todos sentían el sentimiento de que todos estábamos allí para ayudarlos”, reconoció Castro.
Su trabajo era no solo dibujar sonrisas en los rostros de las pequeñas, si no proteger su salud mental.
“Distraerlas hacer actividades hacer cosas divertidas”, relató Castro a TELEMUNDO 20.
En marzo más de los 2,000 menores llegaron al centro de convenciones donde, de acuerdo autoridades, tuvieron seguridad, alimento y cuidados médicos, pues algunas de las menores llevaban días en centros de la patrulla fronteriza, tras haber sido detenidas en su intento de buscar asilo político.
Inmigración
“Las experiencias que hemos escuchado fue que venían de la Hielera, llegaban con gripa con una mentalidad negativa de lo que iban a esperar aquí”, señaló Castro.
“Las experiencias que hemos escuchado fue que venían de la Hielera, llegaban con gripa con una mentalidad negativa de lo que iban a esperar aquí”, señaló Castro.
Experiencias que tanto Citlali, Jayra y Olina conocieron.
“Conocí a estos niños como las personas que son y conocí su historia y conocí lo que enfrentan estos países”, añadió Jayra Luna, fundadora de Casa de sueños.
La joven de 20 años edad, entiende lo que es dejar su país en busca de una mejor vida.
“Mi cuidadora primaria era mi abuelita el dejarla, yo tampoco entendía y por esa parte entendía porque voy a dejar mi país”, recalcó Luna.
Su responsabilidad era apoyar a los menores pues muchos no comprendían el porque no estaban con sus padres.
“Fuimos familias temporal cada una fue muy importante para mi y el saber por todo lo que habían pasado que no son los únicos”, indicó Luna.
Una temporada que concluyó hace unas semanas, las menores bajo su cuidado regresaron con su familiares o patrocinadores.
“Para ellas esto es una oportunidad para completar esos sueños y para mi eso eso es lo que yo saque de sus historias”, destacó Olina Philippoussis, fundadora de Casa de sueños.
“Sentimos que es nuestro deber poder llevar esa ayuda hasta el otro lado de la frontera”, reconoció Philippoussis.
Fue cuando inicio el proyecto binacional Casa de Sueños.
“Como niñas migrantes podemos ver las historias de nuestros papas personales y querer hacer algo”, relató Castro.
Una fundación sin fines de lucro que busca ir a los albergues en Tijuana.
“Necesitan las toallas sanitarias necesitan donde puedan bañarse que estén en seguridad”, manifestó Philippoussis.
Era difícil no encariñarse con las niñas, hoy solo quedan recuerdos con dibujos y pulseras que vivirán para siempre.
Su primer evento se realizará en agosto en esta galería de arte, donde el artista visual Gerardo Meza exhibió un cuatro inspirado en los niños migrantes que llegan sin un acompañante.
“Yo lo quise representar con una niña la cual esta haciendo burbujas de jabón esta jugando en su mundo y atrás de ella hay una persona que representa el peligro”, enfatizó Gerardo Meza, artista visual de San Ysidro.
