TIJUANA - Los integrantes de la caravana migrante fueron atacados por gases lacrimógenos que fueron lanzados al albergue el Barretal.
“Sentí los ojos como que fuego por dentro”, dijo José Ruiz, un migrante hondureño.
Desde la zona este de Tijuana, migrantes dicen el gas lacrimógeno fue algo inesperado.
“Nosotros nos asustamos y cuando dijeron ‘ayúdenos’, miramos la gran humazón y salimos a la carrera a ver qué era”, dijo Betis Castro, una migrante de Honduras.
Incluso, los vecinos que viven alrededor del albergue también fueron afectados.
“Estábamos aquí en la casa sentados y fue algo medio chistosos porque nosotros estábamos viendo el cielo y pensamos ‘está cayendo la neblina bien sabroso’”, dijo Felipe Antonio Flores, residente frente al Barretal.
La policía federal quien resguarda la zona confirmó que cerca de donde se proporcionan servicios médicos en el albergue, cayó el artefacto.
Inmigración
Además, dos sospechosos se presume arrojaron el gas desde la calle Mariano Abasolo, detrás del albergue.
“Para la fortuna de todos, no tuvo mayores consecuencias, incluso, ninguna persona tuvo que ser hospitalizada”, dijo Leonardo Neri, el coordinador federal del Barretal.
Sin embargo, para muchos en el Barretal, el recuerdo pesa.
“No pude dormir casi, por miedo a que me vayan a tirar una”, dijo Ruiz.
Por lo tanto, la seguridad de los adultos y los menores ya es una preocupación constante.
“Se supone que debe estar asegurando al 100, no sirven para nada”, dijo Flores. “Fíjate, entre ellos mismos no saben quién lo tiró”.
A pesar de que no hubo hospitalizados, Ruiz dijo que sus hijos sí experimentaron los efectos de los gases lacrimógenos.
“A los más grandecitos, les empezó a arder la nariz y también los arropé, y ya fue que les eché vinagre en la capa para que no sintieran el ardor”, dijo Ruiz.
Tras estas agresiones, las autoridades federales han solicitado más presencia de la policía municipal en la zona del Barretal para mantener la seguridad de los integrantes de la caravana migrante.
