Docenas de migrantes en un centro de detención privado iniciaron una huelga de hambre y TELEMUNDO 20 habló con uno de ellos quien entró al país por Tijuana y estuvo detenido en San Diego antes de ser transferido al centro.
Alrededor de 150 migrantes encarcelados rechazaron su cena y comenzaron una huelga de hambre para exigir sus derechos dentro de la prisión.
“No somos delincuentes, nada más te pedimos abre las manos y tu corazón y la puerta de país para que podamos entrar a trabajar”, dijo el migrante quien nos pidió no reveláramos su nombre. Dice que huyó de El Salvador luego de haber sido secuestrado y quemado en carne propia mientras lo extorsionaban por dinero.
Llegó a Tijuana en diciembre de 2018 y al llegar al puerto de entrada de San Ysidro pidió un número solicitando asilo político.
Era su única petición, pero al cruzar a San Diego de manera ilegal el 26 de diciembre fue detenido por agentes de CBP.
“Por favor que se tomen en cuenta nuestras peticiones como humanos así igual que son ustedes”, dijo.
En enero fue trasladado al centro de detención privado River Correctional ubicado en Lousiana donde actualmente se encuentra haciendo una huelga de hambre junto a decenas de migrantes que exigen una mejor atención médica y mejor alimentación.
Inmigración
Derechos que según expertos son obligatorios por ley.
Cesar Luna es un abogado de inmigración y dijo “lamentablemente este es uno de los problemas que estamos viendo con las corporaciones privadas de centros de detenciones, lo único que quieren es lucrar porque yo reduzco mis gastos o costos alimentándolos menos, dándoles menos servicios médicos”.
Además piden que los jueces sean cambiados y sus documentos se les hagan valer “de igual los casos con parole se hagan valiosos bajo la ley. Y tener derecho a pagar una fianza”.
Sin embargo Luna dijo que las autoridades no están obligadas a otorgar fianza si determinan que la persona expone un riesgo de fuga o es peligrosa.
Antes de la administración del presidente Trump, los solicitantes de asilo tenían derecho a salir bajo una fianza después de tener su entrevista de miedo creíble, algo que hoy en día en teoría no está ocurriendo.
