Tres mujeres hablaron sobre la demanda que interpusieron contra la Diócesis de San Diego por supuestamente no hacer nada cuando según ellas, eran abusadas sexualmente por un religioso.
Ellas aseguraron que el presunto crimen sucedió en los años 60.
Las tres mujeres aseguraron que en esos tiempos, el poder romper el silencio sobre algo tan delicado como esto, era un tabú, y temieron que nadie les creyera. Pero con el paso del tiempo, agarraron las fuerzas para poder revelar sus experiencias con la esperanza de motivar a otros a que hagan lo mismo y hacer que la diócesis admita su supuesta responsabilidad.
"Teníamos que escondernos", dijo Judith Louise Woracheck, una de las demandantes.
Woracheck dijo que la única opción para ella y su prima, Cathie Ray, cuando supuestamente eran abusadas sexualmente por el monseñor, Gregory Sheridan, en los años 60, era esconderse, especialmente de sus familiares que eran creyentes católicos.
"Vergüenza, no podíamos decir nada", dijo la presunta sobreviviente.
Sin embargo, ella y su prima decidieron esperar hasta que sus padres, sus abuelos, tías y su esposo se murieran para finalmente hablar públicamente sobre su experiencia, y ahora entablar una demanda contra la Diócesis de San Diego.
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Ray dijo que fue robada de su inocencia.
"De un año a la otra me creció 10 años en la cara, en la ropa", dijo Ray.
La semana pasada, el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó una nueva ley que extiende la ventana para denunciar abusos a los sobrevivientes hasta sus 40 años de edad o dentro de un plazo de cinco años después de que se haya descubierto el crimen.
El abogado que representa al grupo de presuntas víctimas, Joseph C. George, dijo que ha recibido múltiples llamadas de personas identificándose cómo sobrevivientes que ahora quieren tomar cartas en el asunto.
Cuando Telemundo 20 le preguntó a la diócesis acerca de esta demanda, ellos dijeron: "No hemos recibido esta queja civil, y por eso no podemos entrar en detalle, pero si podemos confirmar que el monseñor Sheridan figura en la lista creíble de acusaciones de sacerdotes publicada en la página diocesana".
Las presuntas víctimas, aún se identifican cómo católicas a pesar de la experiencia que dijeron vivir. Ellas dijeron principalmente, que quieren que la diócesis admita el error y que hagan cambios sobre cómo tratan estos casos.
