Varios manifestantes fueron arrestados en el Centro de Detención de Otay Mesa el sábado por la tarde.
Los manifestantes se encadenaron a los muros fronterizos improvisados y bloquearon la entrada de los empleados del centro de detención que conducían al trabajo.
“Cómo hay niños separados de sus mamás, les vamos a hacer lo mismo a la gente que trabaja en éste Centro de detención”, dijo uno de los manifestantes. “Vamos a bloquear la calle y no dejarlos salir para que no lleguen a tiempo a ver a sus familias para que vean cómo se siente”.
Los manifestantes, identificados como Generation Justice y PICO California, dijeron que no querían permitir que nadie que trabaje en el centro se fuera para que sintieran lo que es estar atajados en contra de su voluntad.
Uno de los guardias que dejaba el trabajo fue interceptado por los manifestantes y tuvo que abandonar su automóvil. La Patrulla de Caminos de California lo escoltó de regreso al centro de detención. El guardia tuvo que quitarse el uniforme y los manifestantes lo siguieron hasta la puerta.
Las personas detenidas fueron acusadas de reunión ilegal y uno incluso enfrenta cargos de asalto después de arrojar lo que parecían naranjas o mandarinas al automóvil de un empleado del centro de detención cuando el empleado abandonaba el trabajo.
Por su parte, algunos de los manifestantes dicen que los que tendrían que haber sido arrestados serían los empleados que les aventaron el auto.
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“Arrancó su carro, me pegó y le dije me lastimaste”, dijo uno de los manifestantes. “Me dolió tanto que no me pude mover”.
La política de “Cero Tolerancia” instruye al Departamento de Justicia a enjuiciar a cualquier persona atrapada ingresando al país ilegalmente, lo cual es un delito menor y, a menudo, no conlleva una sentencia de cárcel.
