A casi una semana de que inicio el incendio Lilac al norte del condado, aún buscan a varios caballos purasangre que escaparon del centro de entrenamiento donde se encontraban.
En esta tragedia no solo los caballos resultaron víctimas del incendio, también decenas de personas a su cargo, lo perdieron todo y hoy esperan una navidad diferente a las demás.
“La mera verdad a nadie se le desea esto, lo que vivimos nosotros”, dijo Macario Morfin, cuidador de caballos.
Morfin, sigue impactado por lo que vieron sus ojos el pasado jueves. Las llamas del incendio Lilac en Fallbrook, arrasaron con el centro de entrenamiento San Luis Rey Downs donde trabajaba él y cientos de personas al cuidado de caballos pura sangre.
“Muchos abrieron las puertas para que se salieran con la lumbre pero muchos no pudieron, se quemaron”, recuerda Morfin.
Más de 40 murieron en el centro de entrenamiento, la mayoría, casi 300 fueron reubicados al hipódromo de Del Mar. Ahí también se encuentran más de 200 personas encargadas del cuidado de los caballos.
Alberto Barrera es otro cuidador de caballos. Él vivía en el centro de entrenamiento y salió solo con su vida de ahí. En el hipódromo ha encontrado una comunidad de voluntarios listos para ayudarlo a seguir adelante con el cuidado de sus caballos.
Local
Al menos dos aún se encuentran desaparecidos, un grupo de voluntarios sobrevoló el área del incendio con un dron, en busca de los pura sangre, quienes serna fácil de identificar por la marca que tienen en su boca.
Mientras la búsqueda continúa, en el hipódromo tratan de que los días sean lo más normal posible, cuidando a los caballos y preparándolos para sus carreras, pero nunca están lejos de sus mentes, aquellos que ya no regresarán.
Según la vocera del hipódromo, se han recaudado más de $600,000 para empezar la reconstrucción del centro de entrenamiento. Por lo pronto se espera que estas 200 personas tengan que seguir viviendo en el hipódromo por varias semanas más, incluso tendrán que pasar ahí la Navidad.