SAN DIEGO. - A una semana de los hechos violentos que se vivieron en Baja California, para algunos la incertidumbre aún reina, por lo que algunos residentes de San Diego prefieren no cruzar la frontera por el momento.
Pero otros opinan todo lo contrario, y mientras eso sucede, algunos comercios de San Diego, que dependen de empleados que cruzan a diario de Tijuana, se preparan en caso de que algo similar se repita.
Recibe las noticias locales y los pronósticos del tiempo directo a tu email. Inscríbete para recibir newsletters de Telemundo San Diego aquí.
TELEMUNDO 20 habló con la dueña de dos negocios en San Diego y dice que nunca en su vida había vivido algo similar a lo ocurrido el fin de semana pasado, y es que era tanto el miedo entre algunos miembros de la comunidad a tal punto que se quedó sin empleados.
“En realidad fue el fin de semana más estresante que hemos vivido en 10 años en nuestra sucursal de Otay Mesa”, dice Paulina Chaidez.
Y es que dice que estos hechos violentos generaron pánico entre sus empleados desde la madrugada del sábado pasado.
“Alrededor de las 3 a.m. empezamos a recibir mensajes de varios empleados y lo más pesado es que nuestros cocineros no podían cruzar a trabajar a San Diego”.
De sus 17 empleados en esta sucursal, solo cuatro se presentaron a trabajar, ya que la mayoría vive en Tijuana, pero no solo el pánico obligo a algunos a ausentarse.
“Ya para las 5:00 a.m. nos dijeron no cruzamos, no hay manera. No hay transporte púbico, no hay taxis, no hay Uber que nos pueda llevar a la línea”, dice Chaidez.
Y desde luego para otros el motivo fue el pánico.
Para remediar un poco la situación, Paulina tuvo que pedirles a algunos de sus empleados de su segunda sucursal en el centro de San Diego que ayudaran en Otay Mesa, pero ni siquiera eso remedió el caos causado por estos hechos.
“Todo se fue de las manos completamente y nos afectó mucho. El sentimiento de no poder ni siquiera encontrar verduras para surtir nuestras sucursales porque las compañías que nos entregan todo el producto no tenían empleados para traerlo a nosotros. A como pasaba el día era una piedrita, tras una piedrita, tras otra piedrita”.
Ahora a una semana de lo sucedido, Paulina está preparada en caso de que los hechos se repitan, pero espera nunca más volver a quedarse sin trabajadores.
Por su parte, algunos habitantes de San Diego dicen que los hechos sí les afectaron.
“Yo no crucé. Sí teníamos planes, pero se cancel porque con los niños sí está muy difícil exponerlos”.
