San Diego

Con su máquina de coser enfrentó al cáncer, y en la pandemia encontró una forma de ayudar a otros

Telemundo

SAN DIEGO- Hace meses aquí en TELEMUNDO 20 le presentamos la historia de una madre en San Diego y sobreviviente de cáncer, quien, para salir adelante, cose y vende cubrebocas en las calles. Este viernes, le seguimos los pasos y nos dijo que gracias al apoyo de la comunidad ahora también ella se dedica a ayudar.

Clarissa López, una mujer cuyo sentido del buen humor y su talento en la máquina de coser la han ayudado a superar los obstáculos de la vida, ha encontrado en ayudar a otros una forma más de salir adelante.

En plena calle, saca su máquina de coser para hacer cubrebocas que vende a partir de $5 cada una.  Para ella su máquina de coser es una terapia, un talento que aprendió de su abuela.

“De chiquita tenía una máquina de pedal y yo me sentaba a hacerle ropita a mis barbies, a mis muñecas”.

Ahora coser se convirtió en su sostén durante una vida que no ha sido fácil.

“Me dio cáncer. Me lo diagnosticaron en diciembre. Fue mi regalo de navidad en el 2017. Me lo encontraron en los dos pechos”.

Clarissa López

Eso le cambió la vida.

Tras una doble mastectomía decidió no darse por vencida.  

Esta vez, encontramos a López en una iglesia de San Diego repartiendo alimentos.

Dice que ha recibido tanto apoyo vendiendo sus cubrebocas, que ahora ella también quiere ayudar, por lo que se hizo voluntaria de una organización que reparte comida a los más necesitados en estos tiempos de pandemia.

“Es una motivación, es algo muy hermoso que no sé cómo explicar”.

Aunque no ha recuperado su salud por completo, cuenta que hace lo posible por mantenerse fuerte y más que nada positiva.

La señora Clarissa padeció cáncer y le cambió la vida.

“Me van a operar otra vez de los senos porque como me quedó la piel dañada de la radiación, me van a reconstruir un poco con la piel de mi espalda”.

La cirugía que está programada para dentro de un mes no le causa temor.

“No estoy nerviosa para nada, tengo mucha fe en Dios, estoy muy emocionada. Si así me voy a quedar, así sin senos, pues me voy a quedar, pero ando emocionada”.

Dice que los golpes en la vida no son para lamentar, sino para superar. Ahora dos días por semana los dedica a repartir comida y dar su granito de arena donde puede.

El resto de la semana sigue cosiendo cubrebocas en casa que vende desde su página de Facebook.  

“Ha bajado un poco la venta porque ya muchas personas los hacen en casa. Bajan las ventas, pero aquí seguimos. Afortunadamente ahorita tengo un pedido como de 10 cubrebocas”.

Dice que pase lo que pase, ella seguirá sonriendo y le pide a la comunidad que haga lo mismo.

“El ser humano a veces somos bien egoístas. Tenemos que pensar en el prójimo y no solo en nosotros y compartir lo que tenemos”.

Contáctanos