Menos del 17 por ciento de todos los delitos de odio contra la comunidad LGBTQ reportados en San Diego, resultaron en un arresto, de acuerdo a información obtenida por NBC 7 y Telemundo 20.
Los números revelan que los delitos de odio contra la comunidad gay, lesbiana, transexual y no binaria, siguen siendo una realidad inquietante para muchos.
Los defensores dicen que la falta de arrestos y el historial de violencia contra los homosexuales en San Diego, ha provocado la reticencia de muchas víctimas a denunciar los crímenes.
"Creo que muchas personas todavía se rehúsan a denunciar los delitos de odio, ya sea porque piensan que la policía no hará nada, que piensen que la policía nos va a tratar mal, o que lo descartan por no ser un gran problema, y es solo el precio que pagas por ser LGBTQ", dijo Walt Meyer, un historiador y gerente de Lambda Archives, que compila y documenta la historia local de LGBTQ.
Desde el 2013, el Departamento de Policía de San Diego ha investigado 72 delitos de odio en San Diego, donde las víctimas fueron el objetivo por su orientación sexual.
Y mientras que los delitos de odio contra la comunidad LGBTQ disminuyeron a nivel estatal en el 2018, a comparación del 2017, este tipo de delitos incrementaron en San Diego de 11 ataques en el 2017 a 14 en el 2018.
De acuerdo a información obtenida por Telemundo 20, de los 72 delitos de odio reportados al Departamento de Policía de San Diego desde el 2013 en San Diego, los hombres fueron víctimas en 55 de las 72 veces. Las mujeres fueron víctimas en nueve de los casos, mientras que en ocho delitos, el género no fue enlistado.
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Y mientras que los hombres son las principales víctimas, también este género fue el principal sospechoso en 46 ocasiones.
Los sospechosos utilizaron una variedad de armas. La mayoría, en 34 de los casos, el sospechoso le pegó o pateó a la víctima. Otras armas utilizadas fueron cuchillos, un ladrillo, una cadena, y en un caso la saliva del sospechoso.
En cuanto a heridas, ocho de las víctimas fueron hospitalizadas, y cuatro fueron tratadas por sus heridas después de los ataques.
Los números locales parecen tener un alcance similar al de las estadísticas de delitos de odio recientemente publicadas por el FBI. Los delitos de odio anti-LGBTQ, según el informe, aumentaron ligeramente desde el 2014 hasta el 2017. Ese año, 58 por ciento de los delitos de odio fueron ataques contra hombres gay, 24 por ciento se llevaron a cabo contra una preferencia lesbiana, gay, transgénero y bisexual. Hubo 131 delitos de odio en todo el país contra personas transgénero y no conformes con el género.
Meyer de Lambda Archives dice que San Diego tiene una historia de cuadros con ataques motivados por la orientación sexual.
Meyer organiza un recorrido a pie mensual de la historia LGBTQ en Hillcrest. En una de las paradas, dos puertas más debajo de dos clubes nocturnos gay populares e históricos, Meyes muestra el alcance y la seriedad de algunos de los crímenes de odio más notorios de San Diego.
"Aquí hay un monumento por los delitos de odio, que conmemora a la última persona en ser homosexual golpeada en San Diego", dijo Meyer mientras señala una placa de bronce de 12 pulgadas fuera de la casa y tienda de regalos de Cody, dos puertas al este de Flicks Nightclub en Hillcrest.

El marcador de bronce conmemora la muerte de John Wear, de 17 años, quien en 1991, estaba caminando al sur de University Avenue en Hillcrest con dos amigos, cuando un grupo de hombres se acercó a ellos gritando obscenidades contra gays.
Pero la cuadra 1000 de University Avenue fue la ubicación de otro de los delitos de odio más infames contra los homosexuales de la ciudad.
En julio de 1999, durante la edición 25 del desfile del Orgullo Gay, un sospechoso que nunca fue arrestado, lanzó dos botes de gas lacrimógeno a un grupo de Family Matters, que marchaba en el desfile. Varios niños pequeños resultaron heridos en el ataque.
"Ojos pequeños, pulmones pequeños, estaban tan quemados por esto", dijo Meyer, quien estaba a una cuadra cuando los botes de gas lacrimógeno explotaron en la multitud.
"Alguien realmente se tomó algunas molestias para hacer esto. No sólo entraron a un 7-Eleven a comprar dos latas de gas lacrimógeno. Esto fue algo que ellos planearon y ejecutaron", dijo Meyer. "Esto no es historia antigua. Estas cosas siguen y tenemos que permanecer vigilantes".
De vuelta en la oficina de Lambda Archives en University Heights, Meyer recorre filas de cajas apiladas y etiquetadas cuidadosamente. Es donde vive la historia LGBTQ de San Diego.
Meyer dice que, aparte de los grandes avances que se han logrado en los últimos años, la comunidad gay de San Diego ha enfrentado muchos desafíos, incluida una relación tensa con la fuerza policiaca de la ciudad.
"Si a la gente de la comunidad LGBTQ no le gustan los policías, hay una muy buena razón. Somos afortunados de que los últimos jefes de policía hayan sido de gran apoyo y amigables con la comunidad LGBTQ. Tenemos un par de buenas personas que son enlaces con la comunidad LGBTQ. Sin embargo, existe el temor de que si presentas un delito de odio contra ti por ser gay, que la policía se va a ir contra ti. Eso no era poco común".
El teniente Dan Meyer es uno de esos enlaces.
Meyer dijo que él y la enlace de San Diego Transgénero, Christine García, están disponibles por teléfono las 24 horas de los 7 días de la semana, y los 365 días del año.