SAN DIEGO- Varias personas mayores confinadas a sus hogares en el condado de San Diego están esperando sus vacunas COVID-19, a pesar de un programa que se creó para poner las vacunas en los brazos de aquellos que no pueden ir a los sitios de vacunas por sí mismos.
Uno de esos adultos mayores confinados en casa esperando su dosis de la vacuna COVID-19 es Gary Pusey, de 86 años, quien trabajó la mayor parte de su vida como jardinero para el Distrito Escolar Unificado de San Diego.
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A Pusey le gustaba el trabajo porque podía trabajar al aire libre, al sol. Pero en estos días, tiene que permanecer en el interior de su casa en La Mesa y depende de los cuidadores y una máquina de oxígeno para mantenerse con vida.
A pesar de haber nacido con parálisis cerebral, él describió una vida plena.
“Tuve padres maravillosos. Me casé con mi esposa cuando tenía 24 años y ella 20, le dijo a TELEMUNDO 20. “Tenemos tres hijos, yo tengo cuatro nietos, dos bisnietos”.
La esposa de Pusey falleció en 2013. Y desde que él contrajo neumonía el año pasado, ha estado postrado en cama en su casa, en cuidados paliativos.
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Su familia tiene especial cuidado cuando están con él, dijo su hijo John Pusey.
“Todo el mundo tiene que tener mucho cuidado con él, cualquier niño con una infección respiratoria, ya sea COVID o cualquier otra cosa, sería perjudicial”, dijo John Pusey desde su casa en Connecticut. “En esencia, queremos que lo vacunen en parte para reducir la posibilidad de que lo contraiga y también para proteger a los cuidadores que viven con él”.
En febrero, el condado de San Diego anunció un nuevo programa para vacunar a las personas mayores confinadas en sus hogares. Pero después de semanas de intentar llamar al 211 e incluso al departamento de bomberos local, ni la familia de Pusey, ni los cuidadores pudieron conseguirle una cita para que alguien le diera la inyección en casa.
“De ida y vuelta, nadie nos ha dado una respuesta clara o una solución sobre cómo proceder”, dijo Ricky Hernández, uno de los cuidadores residentes de Gary Pusey.
TELEMUNDO 20 envió un correo electrónico al portavoz del condado, Michael Workman, para preguntar específicamente sobre el caso de Gary Pusey y el problema más amplio de vacunar a las personas mayores confinadas en sus hogares.
Workman le dijo a TELEMUNDO 20 que al llamar al 211, Gary Pusey debería haber recibido su vacuna y que su caso debe haberse “escapado”.
TELEMUNDO 20 proporcionó al condado, la información de Gary Pusey y al día siguiente, alguien llamó para programar su cita de vacunación. En dos días, un equipo móvil de Sharp fue a la casa de Gary Pusey y le dio la vacuna Johnson & Johnson.
El presidente de la Junta de Supervisores del condado, Nathan Fletcher, reconoció el jueves que Gary Pusey no está solo.
“Este programa ha sido desafiante”, dijo. “Hay muchas dificultades involucradas porque estas personas tienen condiciones de salud subyacentes y, por lo tanto, los equipos tienen que permanecer en el lugar por mucho más tiempo”.
Fletcher dijo que otros desafíos incluyen el transporte de la vacuna debido al almacenamiento y la disponibilidad.
“A menudo se necesita más de una hora para hacer una sola persona”, dijo.
Sharp Healthcare se ha unido a los equipos móviles del condado para ayudar con las vacunas. Aproximadamente cuatro o cinco equipos trabajan a la vez y utilizan la vacuna J&J.
“Estamos tratando de volver a encarrilarlo y movernos un poco más rápido. Es una situación muy desafiante”, dijo Fletcher. “Hemos tenido un par de contratiempos, pero creemos que hemos vuelto a la pista y se está moviendo mucho más suavemente”.
