ESCONDIDO- Durante una ceremonia para celebrar el nuevo Centro de Eventos de la Preparatoria Grossmont, los líderes del condado de San Diego presentaron una proclamación por el difunto Carlos Chávez, quien murió a los 47 años luego de una batalla de 34 días contra el COVID-19.
Y es que la vida de Chávez dejó un gran impacto.
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Chávez trabajó como inspector de registro para varios distritos escolares y uno de sus proyectos finales fue trabajar para ayudar al nuevo centro de eventos de la Preparatoria Grossmont a través de su construcción.
El supervisor del Condado, Joel Anderson presentó la proclamación en honor a Chávez y su equipo Chávez & Associates, Inc. por su dedicación en los servicios de inspección de construcción durante más de veinte años.
Ruth Chávez sonrío al recordar a su amado esposo, un respetado hombre de negocios, entrenador de fútbol juvenil y amado padre e hijo.
“Era simplemente la persona con la que caminaba en la habitación y con su voz fuerte y su firme sacudida, la gente sabía quién era y sabrían que Carlos entraba”, dijo Ruth Chávez.
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Han pasado casi siete meses desde el fallecimiento de Chávez, deja atrás a sus tres hijos adolescentes, esposa y madre.
“Nuestra fe es lo que nos mantiene en marcha todos los días”, dijo Ruth Chávez. “Sí, fue algo trágico, pero en medio de la pérdida, el dolor, la tristeza, hay un crecimiento”.
Chávez fue admirado por su personalidad y pasión al entrenar a la Liga Pop Warner juvenil de Escondido durante más de una década.
“Todas las mañanas, lo único que hago es agradecer a Dios por otro día y otro día que nos ha dado para hacerlo mejor que ayer y para ayudar a mis hijos a sobresalir y también a tener éxito en la vida”, dijo Ruth Chávez.
Chávez fue honrado durante un gran memorial el otoño pasado en la Preparatoria Orange Glen.
“Muchos de sus compañeros de trabajo se acercaron a mí y me dijeron ‘Ruth, no te conocemos en persona, pero Carlos siempre hablaba de los niños y de ti, estaba muy orgulloso de su familia’”, dijo Ruth Chávez, entre lágrimas.
Ruth y Carlos Chávez acababan de celebrar su 20 aniversario de boda.
“Me hace sentir orgullosa de haber tenido un buen hombre, quiero decir, todavía lo siento”, dijo Ruth Chávez. “Él está en mi corazón y también conozco a los chicos”.
Chávez también sigue presente en el corazón y en el día a día de los muchachos.
“Todas las mañanas, antes de vestirme, me gusta verlo entrar en mi habitación y decir, como ‘Oh, hazlo bien en la escuela y mejora tus calificaciones y vuelves a casa y luego podemos hablar sobre lo que hiciste en la escuela’”, dijo Manuel Chávez, de 16 años.
El hijo menor de Chávez, Alejandro Chávez, dijo que su padre lo motivaba a hacerlo mejor cuando no creía en sí mismo.
El hijo mayor de 18 años también es tocayo de Carlos, quien compartió cómo se ha comprometido a cumplir los deseos de su padre y ha asumido la responsabilidad de cuidar a sus hermanos.
“Siempre hablo con él sobre querer ir a la facultad de medicina y convertirme en enfermero o médico, pediatra, y cuando llegue allí tendré la sensación de que lo hice, lo hice, papá”, dijo Carlos Chávez II.
Para continuar con el legado de Carlos Chávez, la liga de fútbol juvenil Pop Warner de Escondido anunció la creación de dos becas a su nombre.
