A más de un año de la muerte de un hombre hispano, familiares y amigos se reunieron en una vigilia para recordarlo y reclamar justicia.
Raúl Rivera, de 42 años, perdió la vida tras recibir múltiples disparos por parte de las autoridades. De acuerdo a la policía de San Diego, el hombre estaba armado con un cuchillo y actuaba de manera errática en medio de la calle.
“No entiendo porque no bajaron las luces, y ni una persona se le ocurrió calmarlo, porque de seguro estaba asustado”, dijo Flora Rivera, hermana de Raúl y agregó que lo que le pasó fue un claro ejemplo del uso de fuerza excesiva por parte de las autoridades.
Su cadáver quedó tirado entre la calle Hollister y la avenida tocayo en Néstor, mientras autoridades investigaban los hechos.
“En el video no se le veía el cuchillo en la mano”, dijo Rivera quien cuestiona que a un año no tengan el examen del médico forense, ni que hayan revelado las cámaras corporales.
“Duermo con lágrimas y despierto con lágrimas”, lamentó.
Tras una investigación, el fiscal del distrito llegó a la conclusión que los agentes no serán juzgados criminalmente por sus acciones.
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