Chula Vista

Familia de Chula Vista combate al COVID-19, y abuelo pierde la batalla

Los últimos días de su vida fueron dolorosos, de acuerdo a su hija

Telemundo

CHULA VISTA- Se conocieron desde que estaban en la preparatoria, se enamoraron y formaron una familia. Ellos vivieron juntos casi por 50 años. Hasta que ambos se infectaron con COVID-19, y solo uno sobrevivió. Este fue el viacrucis por el que pasa una familia de Chula Vista.

“Estamos batallando mucho con lo que ha pasado con mi papá”, dijo Claudia Martínez, hija de Raúl Martínez, quien a sus 70 años, perdió la vida tras haberse infectado de COVID-19.

Para Claudia, haber perdido a su padre, ha sido el golpe más duro que ha recibido.

Estamos todavía batallando para entender lo que pasó

-Claudia Martínez, hija de Raúl Martínez, quien a sus 70 años, perdió la vida tras haberse infectado de COVID-19.

La familia no entiende cómo se contagió él y su esposa.

“Todos usábamos las máscaras y mis hermanos y yo, los que no vivimos con mis papás, nunca los visitábamos y si lo hacíamos no entrabamos a la casa. A veces yo solo iba por el correo, pero mi mamá me lo dejaba afuera”, dijo la hija.

Ahora, tras su muerte, todo cambió.

“Mi mamá está demasiado triste”, comentó.

Según Claudia, su padre empezó a mostrar síntomas la última semana de agosto.

Ella dijo que él comenzó a sentirse cansado y a perder el apetito. Después le dio una fiebre ligera y ahí fue cuando los resultados indicaron que se había infectado con COVID-19.

“Mi mamá también dio positivo. Los dos estaban en cama. Mi mamá casi no se cuidaba a ella misma por cuidarlo a él”, dijo.

Los síntomas de su madre fueron ligeros, pero el abuelo sufrió mucho.

“Pensábamos que estaba mejorando un poquito, y luego el siguiente que siempre no”, dijo.

Ella dijo que los últimos días de su vida fueron dolorosos.

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El 7 de septiembre comenzó a mostrar dificultad para respirar y tuvo que usar un tanque de oxígeno que le prestó un vecino. Y dos días después, el 9 de septiembre, tuvo que ser hospitalizado en la unidad de cuidados intensivos porque cada vez respiraba menos.

Una vez internado, un día, su salud deterioraba, al otro se mejoraba y la historia se repetía.

Pero casi 10 días después, el 18 de septiembre, ya casi no podía respirar. Y fue dos días después, el 20 de septiembre, cuando dio su último respiro.

“Va a ser muy difícil seguir con nuestras vidas sin mi papá”, comentó.

Ni Claudia ni sus familiares pudieron darle un último abrazo a su padre, ya que no se les permitía visitarlo en el centro médico y murió en soledad.

“No le gustaba estar solo para nada. Siempre estaba con la familia. El doctor le dijo a mi mamá que un día despertó desorientado y que lo primero que preguntó fue, ¿dónde está mi familia?”, comentó.

Raúl Martínez, antes de jubilarse era oficial de la Patrulla de Caminos de California, y padecía de diabetes, pero su hija dijo que la tenía muy controlada y que le gustaba mucho hacer ejercicio.

Ahora sus cuatro hijos y 9 nietos están incompletos y mientras lloran su muerte, están recaudando fondos para los gastos fúnebres por medio de una página de GoFundMe.

“Siento que voy a tardar mucho en batallar con lo que ha pasado.

Mientras piden ayuda de la comunidad, dicen que hay otra cosa que les genera mucho dolor. Saber que son muchas las familias, como ellos, que en este momento lloran la muerte a un ser querido arrebatado por el COVID-19, y aún así, existe mucha gente que sigue tendiendo reuniones entre amigos y saludándose de mano”, comentó. “No entiendo cómo una persona no se puede cuidar y cuidar a otros con algo tan fácil y chico”.

Raúl Martínez, y su esposa, eran novios desde la preparatoria y ya casi cumplían 50 años de casados. Por otra parte, afortunadamente su esposa ya se está recuperando del coronavirus, pero dijo que tras perder al amor de su vida, su corazón no ha sanado, ni tampoco sanará.

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