TIJUANA- Los protocolos de protección a migrantes o “ MPP”, fue un programa creado en la administración de Donald Trump para que los solicitantes de asilo permanecieran en México mientras se desarrollaba su proceso.
Y para familias como la de Zulma Tovar, originaria de Honduras, esta espera se prolongó por más de 3 años y medio y este miércoles por fin se cumplió su sueño.
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Ya tres años es bastante andar luchando sola con mis hijos
-madre migrante en Tijuana, parte del programa MPP
Este miércoles terminó una larga espera para esta familia hondureña. Ellos prepararon sus maletas para dejar el albergue Ágape, que le abrió sus puertas y fue su hogar en el último año en Tijuana, luego de tener que permanecer en México como parte del programa MPP para solicitantes de asilo como ella.
“Vino hacer en el tiempo de Trump, ella intentó cruzar Estados Unidos para pedir asilo político. Es el caso más largo que nosotros hemos tenido hemos tenido como 800 personas que llegaron a cruzar de MPP, ella fue el último caso que nos ha llegado de mi parte ya no tenemos ni un caso acá”, dijo Albert Rivera, pastor en el albergue Ágape.
En su travesía en la frontera, estuvo también cinco meses en el campamento de El Chaparral.
“El número de la lista de el chaparral fue que me dio el número 3715 que duró seis meses el proceso de espera y fue cuando crucé. Y de ahí fui a corte con el juez, bueno por pantalla y no me dio ninguna explicación, sólo que estaba de acuerdo con el oficial y después me dijeron que me iban a mandar para acá para México”, agregó Tovar.
Ella salió de Honduras embarazada de su pequeña Britany que ahora tiene ya tres años. Ella está emocionada por cruzar al otro lado. Una felicidad compartida con sus tres hermanos de 12, 14, y 16 años, pues saben que les espera un futuro mucho mejor.
“Bien feliz porque voy a cruzar al otro lado a estudiar aprender hablar inglés y todo eso es un poco duro pero siempre salimos adelante con mi mamá y todo eso”, dijo Kevin, de 14 años.
Permanecer en México, particularmente en Tijuana no ha sido fácil para ellos, incluso les tocó vivir la violencia dentro del albergue.
Uno de los hijos de Tovar dijo lo recuerda muy bien.
“Comenzaron los tiroteos y le pegaron a una gente un disparo por el cuello le pasó rozando pero le abrió toda la gente que tiene miedo ya se fueron una se fueron” dijo Anthony, hijo de Tovar.
“Me ha tocado vivir muchas cosas problemas de aquí del tiroteo, hemos vivido muchas cosas pero ha valido la pena porque Dios siempre está con nosotros”, agregó Tovar.
La fe los mantuvo en pie esperando este día, un parteaguas en la vida de esta familia hondureña.
Sus compañeras los despidieron, con la esperanza de que algún día ellas sean las próximas en partir.
“Siempre con la fe en Dios y mis hijos me daban la fuerza para seguir adelante”, dijo Tovar.
Este jueves, a primera hora, la familia de Tovar se suma a otras más que cruzaran la frontera por la garita del chaparral rumbo a una nueva vida.
