Sin duda hay cosas maravillosas de Tijuana. La ciudad es un motor económico debido a sus maquiladores y el turismo.
Ahí se da un esplendor de las distintas culturas de México. Cuenta con cerveza artesanal y una escena musical importante y al llegar uno aprecia la construcción de los nuevos condominios de lujo.
Pero lejos de la ciudad y de las áreas turísticas, una guerra mortal está en marcha. Una tasa de homicidios que las autoridades esperan reducir.
El sonido de los vehículos de emergencia rumbo al sitio del último crimen típicamente sugiere que hay una situación peligrosa, en el intento de ayudar a alguien que quizá todavía está vivo.
Sin embargo, en Tijuana 6 veces al día en promedio, en los barrios más peligrosos, detectives de homicidios como Adriana Camacho y Jesús Manuel Esparza investigan el crimen más reciente.
“El reto más grande de mi trabajo yo creo que es el hacer bien nuestro trabajo para que toda la información fluya de manera inmediata y llegue en caso de un asunto delicado, directamente a la familia de la manera más rápida”, dijo Camacho quien trabaja para la policía estatal ministerial.
En 2018, 2,518 personas fueron acribilladas en Tijuana y si la tasa de homicidios del 2019 permanece consistente, 2,121 más morirán.
Una reducción al número de muertes, pero todavía extremadamente alto.
Cualquiera que sea la causa, la falta de recursos o la cantidad de personas vendiendo drogas, Tijuana sigue teniendo un gran problema. Es la llamada ciudad más violenta del mundo por lo que las cámaras de NBC 7 y TELEMUNDO 20 cruzaron la frontera para ver por nosotros mismos.
Nos juntamos con los detectives Camacho y Esparza que han sido asignados a un caso de homicidio al este de la ciudad. La víctima fue baleada tres veces, al lado de un camino cerca de la frontera.
“Actualmente, tenemos como tres grupos en esta ciudad y por eso existe este tipo de cosas”, dijo Esparza, detective de la policía estatal.
Si usted piensa que la mayoría de los homicidas están asociados con las drogas ilegales, es correcto. Pero no es típicamente un resultado de las peleas entre los líderes de los carteles.
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“Sí, grupos antagónicos que se están peleando, por ejemplo, la plaza o la venta en determinado lugar, quiere abarcar más de la venta, más territorio”, dijo un tirador quien aceptó hablar con nosotros en anonimato.
“¡Se ocupan #&vos y que tú quieras hacerlo”, dijo.
Es raro, pero este delincuente ha sobrevivido 20 años en la calle vendiendo las drogas. Sin embargo, muchos en su profesión terminan en el SEMEFO de Tijuana, el cual a menuda está más allá de su capacidad.
El Servicio del Médico Forense se ha convertido en un problema para los vecinos quienes se quejan del olor fétido que emana del lugar.
En el libro grueso de fotos del SEMEFO de Tijuana, familiares buscan a un ser querido.
Los oficiales dicen que muchos de los muertos están asociados con una droga: El cristal. Es barata producirla, barata venderla. $2 por dosis.
Fue introducida en grandes números a Tijuana después de los eventos terroristas del 9-11 en EE. UU. cuando la patrulla fronteriza aumentó la seguridad en la frontera.
Los contrabandistas lo vieron como una oportunidad para hacer dinero vendiendo cristal al pueblo de Tijuana: “Un nuevo mercado”.
Esto, ha creado una nueva población de adictos aquí.
El detective Garza propone una solución en la educación para evitar el consumo de drogas, “si no hay compradores, no hay vendedores.”
Para reducir las ventas de drogas, el nuevo presidente de México creo una Guardia Nacional, una de sus promesas de campaña, para ayudar con la violencia de las drogas.
Pero esas tropas ahora también están en la frontera sur de México para reducir el número de migrantes evitando el flujo de centroamericanos hacia los Estados Unidos como parte de un acuerdo con la administración de Trump para evitar el aumento de aranceles a los productos mexicanos.
En Tijuana hay 98 centros de rehabilitación certificaos por el estado, un incremento de hade una década cuando eran 60.
