Con alegría y melancolía llega a su fin el recorrido por México de la caravana migrante. Mientras para algunos comienza el sueño, para otros termina.
El semblante de victoria en los rostros del más reciente grupo de los refugiados centroamericanos al cruzar a Estados Unidos, se contrasta con el sentimiento agridulce de los casi 100 migrantes que llegaron con la caravana y se quedaron en Tijuana.
“Nos han dicho que nos van a llevar a otros albergues”, dijo Flor Hernández, una madre migrante proveniente de El Salvador. Horas antes se habría despedido de su esposo. Mientras tanto, ella aguarda con sus tres hijos para trabajar en su caso de asilo.
“Dicen que nos van a llevar a un albergue, aquí solo ya quedamos madres y niños”, dijo Hernández.
Según coordinadores de Pueblo sin Fronteras, 228 migrantes de la caravana fueron procesados por CBP desde que llegaron a entregarse el domingo pasado.
“Si eran esas personas las que teníamos y estaremos pendientes que se les dé buen trato”, dijo Alex Mensing, coordinador de Pueblo Sin Fronteras.
Desde las primeras horas del viernes comenzaron a desmantelar lo que fue la última parada del viacrucis. Ahora los casi cincuenta migrantes centroamericanos que quedaban en el improvisado campamento tendrán que buscar refugio en Tijuana mientras resuelven su situación de asilo.
La abogada Nicole Ramos dijo que algunos incluso pedirán asilo en México, en Tijuana o en otros estados. Algunos regresarán a sus países.
