Las lluvias trajeron un sabor agridulce a la industria de la mecánica. Por un lado, las llantas sufrieron daños por los baches en las carreteras, por el otro, sus empleos estaba estancados ya que no podían trabajar bajo el agua.
“Un día o dos días que no se trabaje por semana es muy difícil para el negocio”, dijo Juan Lemus, mecanico automotriz en San Diego.
Tras las fuertes lluvias de estas semanas, meterse debajo del auto cuando todo estaba encharcado era difícil.
"Muy difícil trabajar con la lluvia, es muy molestosa y pues toca posponer el trabajo para después otro día”, dijo Lemus.
Pero debido a las malas condiciones del tiempo el número de clientes ha ido en aumento por las últimas semanas.
“Están llegando demasiados carros para reparaciones de llantas y rines quebrados también”.
Y aun así, el taller perdió dinero. Dijo aproximadamente 60%-.
Los empleados de una compañía de cemento también vieron el efecto negativo ante la tempestad.
“Uno pierde unos cuantos dolaritos por ahí porque pues la lluvia afecta, no vienen clientes y no podemos vender el producto”, dijo Carlos, trabajador en la cementera.
