TIJUANA- Los efectos de la decisión de la corte suprema para la reinstalación del programa “Quédate en México” ya se sienten en la frontera de Tijuana con San Diego, donde la comunidad migrante, se sigue aglomerando y buscando un sitio donde dormir.
Y migrantes que viven en los albergues y campamentos como el de El Chaparral, señalaron que experimentan un sentimiento de impotencia y frustración, pues ellos ya se veían en Estados Unidos siguiendo su proceso de asilo, uno que ahora sienten imposible.
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“No le veo sentido a eso porque de alguna forma lo llevan y luego lo están tirando de regreso acá, entonces que”, dijo Maritza Ramos, migrante de Honduras, quien por tres meses duerme en el campamento improvisado de El Chaparral.
En Tijuana, los más de 50 albergues que se registran ante la dirección de atención municipal del migrantes están abarrotados y no hay recursos para ellos, por lo que aseguran es necesario el apoyo del gobierno federal mexicano.
“De qué manera los va a atender, él como gobierno federal decir que sí nuevamente a este programa que se implementó en 2019”, dijo José María Lara, fundador del albergue juventud 2000.
Una situación con la que coinciden las autoridades en Tijuana.
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“Se necesita que el gobierno federal reabra el recurso que se conoce como fondo de migralidad, para apoyar los municipios, todos no nada más Tijuana, toda la frontera”, explicó José Luis Pérez Canchola, director de atención al migrante en Tijuana.
Mientras, cerca de 300 migrantes deportados llegan por día a Tijuana, la migración por el sur de México permanece y ahora quienes busquen asilo deberán regresar a la ciudad en medio de una transición del gobierno municipal, no se ven opciones para que tengan un sitio digno donde dormir.
“Ningún propietario va a aceptar un contrato donde cambia gobierno y empieza el siguiente y le respeta el contrato o no, osea nadie lo va a hacer, la propuesta que hemos hecho es que el gobierno federal haga uso de las propiedades que están intervenidas por parte de la fiscalía general que aquí hay hoteles incluso que están intervenidos y que eran negocios de los narcos”, informó Pérez Canchola.
Y los migrantes que duermen en El Chaparral están conscientes de esto y ahora hacen dinero como pueden, venden empanadas, venden dulces y todo lo posible para tener dinero y a veces un baño.
“Uno tiene que ver cómo se las arregla como quien dice para sacar para el baño, todo eso”, señaló Ramos.
Mientras los meses avanzan, migrantes aseguraron que su destino es incierto, pero su intención de llegar a Estados Unidos permanece.
“Tanto sacrificio para que queden en nada no tiene lógica”, dijo Ramos.
Más de 50 organizaciones en Tijuana, el resto de México y Estados Unidos mandaron una carta al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, así como al secretario de relaciones exteriores Marcelo Ebrard, donde hacen hincapié en los 72,000 solicitantes que fueron víctimas de este programa.
“Claro que no es correcto a las comunidades que sean retornadas a las zonas fronterizas donde no tenemos las condiciones para poder atender a tanta comunidad”, dijo Lara.
Pues como esos migrantes que se señalan en la carta, ahora quienes duermen en El Chaparral deben esperar en muchos casos por meses en campamentos improvisados y condiciones de hacinamiento en medio de una pandemia.
Las organizaciones y activistas desde Tijuana, recordaron en la carta dirigida al presidente de México que este tiene derecho a rechazar la decisión de la política “Quédate en México” de Estados Unidos, donde México aseguraron tenía la responsabilidad de bloquearla para proteger los derechos humanos de los migrantes.
