SAN DIEGO- Esta navidad fueron muchos los que pasaron encerrados en casa, o viéndose con sus seres queridos por video llamada, pero a otros les tocó conformarse con solo una llamada telefónica.
Para Elva y sus hijos, fue una Navidad llena de nostalgia mientras su esposo esta detenido desde hace más de un año en las instalaciones de Core Civic en Otay Mesa.
Lo único que dijo que recibió esta Navidad fue una llamada telefónica de él.
“Fue muy difícil porque siempre estábamos acostumbrados a andar juntos, y ahora todo fue tan de repente que fue muy difícil, muy duro para nosotros", dijo Elva.
Rosendo de la Sancha fue detenido por agentes de inmigración en mayo del 2019, y desde entonces su esposa junto a su abogado han luchado por sacarlo bajo fianza.
"Mi abogado dice que él no entiende la forma, porque presentamos muchas muestras buenas para sacarlo, pero no entiende porque no lo dejan salir", agregó Elva.
Local
Los registros del Servicio de Control de Inmigración (ICE, por sus siglas en inglés) reportó 201 casos de COVID-19 en las instalaciones de Otay Mesa desde el 22 de diciembre.
Un virus que atacó la vida de la Sancha a principios de la pandemia, cuando fue uno de los primeros en contagiarse.
Ahora tanto su salud como su futuro son inciertos, sin ninguna cita en la corte pendiente a la familia no le queda más remedio que esperar y vivir con la angustia de una posible deportación.
"No no sabría yo que hacer porque mis hijos no se quieren ir para México, mis hijos prácticamente tienen una vida hecha aquí, mi hijo que me traje cuando era un bebe, él no conoce México", dijo ELva.
En abril de este año, ACLU presentó una demanda para que los detenidos vulnerables fueran liberados de estas instalaciones, hasta la fecha unas 100 personas han salido libres.
