Sacrificios de la vida fronteriza

Un joven cruza la frontera a diario solo para estar cerca de sus padres, ya que las circunstancias lo obligaron a vivir en México.

El día laboral de León inicia a las 2:30 de la madrugada.

“Lo primero que hago cuando me despierto es checar el celular, para saber cómo está la línea”, dijo León Sánchez quien cruza a diario la frontera.

La deportación de sus padres hace 5 años desde San Diego, lo obligó a mudarse a Rosarito, Baja California, a pesar de que toda su vida había vivido en Estados Unidos.

“Lo tenemos que hacer para podernos ver a diario, porque desafortunadamente no pueden estar en EEUU”, dijo Sánchez.

Un hecho que todavía le duele a la madre de León, quien lo espera todos los días en México.

“Me pongo triste; ellos llegan y se quedan como 2 o 3 horas durmiendo afuera de la escuela y eso no se me hace bien”, dijo Felicita Hernández.

Al igual que León, otros residentes y ciudadanos americanos cruzan la frontera a diario y son testigo de las largas filas que se hacen.

“El tráfico ha aumentado, especialmente ahora con lo de la caravana de migrantes hondureños porque cerraron las líneas”, dijo Víctor Nevares, quien cruza la frontera para trabajar en San Diego.

Aunado a las largas filas para León, vivir en México no representa un ahorro real, ya  que asegura que en promedio hace los mismos gastos que cuando vivía en EEUU, especialmente con los incrementos del combustible en California.

Sin embargo, recalca que no hay sacrificio que no valga la pena por estar junto a sus padres.

Contáctanos