CHULA VISTA- Un hombre condenado por disparar contra la guardería de su exnovia e intentar prender fuego a la casa mientras siete niños estaban adentro, fue sentenciado a más de dos décadas de prisión, este martes.
Gustavo Sepúlveda, de 41 años, fue a la casa de su ex novia en el vecindario San Miguel Ranch de Chula Vista en octubre de 2017 para comprar un colchón, según la policía.
La víctima le dijo a la policía que Sepúlveda había incendiado un automóvil cerca de la residencia y que su comportamiento se estaba volviendo cada vez más violento.
Sepúlveda estaba armado con una pistola, que comenzó a disparar contra la casa, rompiendo las puertas de vidrio en la parte trasera. Luego caminó a través de las puertas destrozadas y entró en la guardería.
Siete niños estaban bajo el cuidado de la instalación en ese momento.
Otro empleado de la guardería reunió a los niños y los encerró en un baño, según la policía. Mientras tanto, la dueña de la guardería se armó con un arma y, según los investigadores de CVPD, disparó su arma en defensa propia para mantener al sospechoso alejado de la guardería.
Luego, Sepúlveda provocó varios incendios en la casa, lo que provocó que se acumulara humo en el interior. Los niños y los empleados fueron evacuados de manera segura y resultaron ilesos.
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Sepúlveda fue condenado por un cargo de intento de asesinato premeditado de su ex novia, 10 cargos de asalto con un arma de fuego semiautomática, siete cargos de poner en peligro a niños y dos cargos de incendio provocado.
Él fue sentenciado a 21 años de prisión, pero se le dio crédito por el tiempo que pasó bajo custodia desde el tiroteo hace cinco años.
En la corte, el abogado de Sepúlveda leyó en voz alta una declaración en su nombre.
“Puse en peligro sus vidas o las vidas de sus seres queridos. Causé un terror inimaginable. Nunca podré retractarme. Ojalá pudiera. Quiero que sepa que lo siento mucho. No sé cómo, pero espero que de alguna manera te brinde algún tipo de consuelo saber que tú o tus seres queridos no fueron objetivos”, decía en parte la carta de Sepúlveda.
En su carta, Sepúlveda también pidió permiso para comunicarse con los padres de los niños en la guardería y explicarles, más a fondo, su pesar por el incidente, si así lo deseaban.
Ninguno de los padres de las víctimas estuvo presente en la sentencia, según la Oficina del Fiscal del Distrito.