SAN DIEGO- Momentos muy dolorosos para una madre de familia y sus 4 hijos, pues Leovigildo Rivas era el sustento de su familia y a casi un mes de su partida se las ha tenido que ingeniar para ser la cabeza de su hogar.
“Él era un hombre con mucho corazón que muy poca gente tiene un marido con toda la palabra de esos hombres que ya no hay”, dijo Maria Rivera Bustos, su esposo falleció por COVID-19.
Así recuerda a su esposo Leovigildo Rivas de 51 años.
“Nos dejó el corazón partido si Dios se lo llevo es porque el necesitaba un ángel”, añadió Rivera.
Acababan de cumplir 21 años de casados, y estaban planeando su aniversario número 25.
“Ahorita estamos sufriendo demasiado”, señaló Rivera.
Leovigildo Rivas trabajaba en carpintería en San Diego, y sus 4 hijos vivían con él, debido a su estatus migratorio, Rivera Bustos vive en Tijuana y su esposo la visitaba seguido.
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“El empezó a presentar tos”, explicó Rivera.
Al dar positivo al COVID-19, Rivera Bustos y sus hijos también se contagiaron y nunca se imaginaron que su padre caería al hospital.
“Había unos días que me daba ansiedad a mi que yo estuviera trabajando y que entrara una llamada del hospital que dijera que él ya había fallecido”, indicó Jr. Rivas, hijo del fallecido.
Llamada que recibió Fátima Rivas hija de Leovigildo, el 17 de diciembre cuando murió su padre.
“Me dijo que ya le habían dado 7 infartos todos los peleo duraron 70 minutos resucitándolo y ya al ultimo fue cuando su corazón ya no pudo más y se convirtió en nuestro angelito”, recalcó la hija de Leovigildo.
Y es que los contagios y muertes por COVID-19 no paran, en San Diego se registraron ya más de 2,000 fallecimientos por coronavirus, desde que inició la pandemia, y Baja California lleva más de 6,000 defunciones.
Ese es el legado que les dejo su padre..
Jr. comentó que ahora mas que nunca se cuida para no contagiarse cada vez visita a su mamá en Tijuana, y evitar que el virus siga traspasando fronteras.
