OTAY MESA- Luego de que un empleado del Centro de Detención de Otay Mesa dio positivo al COVID-19, una supervisora de ese mismo lugar decidió dejar su trabajo por temor a ser contagiada con el coronavirus.
La madre de familia quien no quiso ser identificaba, llevaba 12 años trabajando para CoreCivic, la empresa que administra el centro.
Contó que ella al igual que sus compañeros, corrían el mismo riesgo de contagio, que personal médico y de primeros auxilios debido a que tienen contacto directo con los detenidos; pero que peor aún, porque los oficiales no usan equipo de protección personal.
Ella dijo no haberse sorprendido al enterarse que uno de sus compañeros dio positivo al coronavirus el 30 de marzo.
A través de un comunicado CoreCivic dijo que su empleado se encontraba cuarentena y aseguró que no tuvo contacto con los migrantes. Sin embargo, la mujer que trabajaba como supervisora dijo que cree que sí puso en riesgo la salud de otros empleados. Ella dijo que no contaban con los productos de limpieza adecuados para desinfectar superficies de uso común.
Debido a la naturaleza de su labor, es casi imposible cumplir con las ordenes de distanciamiento social entre empleados del Centro de Detención, y con los migrantes en el lugar.
Ella relató que en febrero terminó en el hospital con neumonía después de recoger a un grupo de migrantes de origen chino. Ella jamás supo si tenía coronavirus, ya que los hospitales aún no contaban con las pruebas para confirmarlo.
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En ese momento, dijo que se dio cuenta que no solo ella corría el riesgo, sino que su familia también podría contagiarse, y eso fue lo que finalmente la motivó a renunciar.
