TIJUANA- Se dice que la fe todo lo puede, y ni la pandemia frenó el fervor Guadalupano de miles de tijuanenses que llegaron hasta la catedral en la zona centro de la ciudad, para visitar a la Virgen de Guadalupe en su día.
“Todos los años llueve truene relampaguee aquí estamos, con pandemia o sin pandemia aquí estamos con la bendición de Dios”, comentó Norma Angélica, quien acudió con su pequeño “Juan Diego” a visitar a la Virgen de Guadalupe.
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Este 12 de diciembre se vivió una celebración que une a los mexicanos al calor de la fé. Fueron más de dos horas de fila para poder ingresar al templo, según contó Oliva Ramírez a TELEMUNDO 20.
“Dos horas con 10 minutos haciendo cola porque nos tocó de aquel lado del estacionamiento y para poder entrar, traemos el niño es una tradición que pues seguimos con fervor”, dijo Ramírez.
Un fervor compartido que difícilmente le permitió mantener una sana distancia. Sin embargo, para poder ingresar los feligreses pasaron por un filtro sanitario, y un número determinado de personas por banca en la iglesia.
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“Tratamos de mantener un poco la sana distancia que ahorita es imposible por tanta gente que hay pero pues tratamos de”, agregó Ramírez.
Las filas que se extendieron a lo largo de la calle segunda, donde se observaron cientos de pequeños “Juan Diegos” y vestimentas alusivas en niños y adultos donde no perdían oportunidad de tomarse hasta la foto del recuerdo en un altar improvisado al exterior.
María Guadalupe llegó este domingo más contenta que nunca.
“Siempre he venido cada 12 pero ahora vengo con más fuerza porque se me hizo un milagro y aquí estamos ofreciéndole la manda”, dijo Guadalupe, quien asistió este domingo a la catedral.
Un altar repleto de flores, veladoras que con devoción fueron encendidas con una petición a la virgen morena.
Y al exterior, después de varios años, regresó la feria gastronómica, en donde los tijuanenses pueden comenzar como debe ser, el maratón Lupe-Reyes, entre una variedad infinita de antojitos mexicanos. Una mezcla de olores y sabores que ciudadanos como Jesús no pudieron resistir.
“Pozole qué tal muy rico. El año pasado no se pusieron y ahorita estuvo muy bien ya extrañábamos”, dijo Jesús Rosales.
Y es que este famoso Lupe-Reyes es una excelente oportunidad de recuperación económica para comerciantes como Marlen Vega.
Los antojitos Vega, fueron de los pioneros en esta feria décadas atrás.
“Teníamos como de 10 años 11 años que no nos poníamos aquí; a mí me traían desde niña, les venía ayudar, pero si me da mucho gusto de que ya nos hayamos vuelto a poner aquí a vender, ya todos los mexicanos extrañamos esto de la comida mexicana”, destacó Vega.
Una tradición que se mantuvo viva acompañada de la devoción a la Virgen de Guadalupe.
