Por primera vez en 8 años y contra todos los pronósticos un demócrata rindió protesta como nuevo alcalde de la ciudad de Escondido. Durante años el cabildo fue casi totalmente republicano y hoy se tiñe de azul.
En medio de la ceremonia de juramento, desde afuera del cabildo las trompetas del mariachi sonaban, mientras el republicano Sam Abed se sentaba por última vez en su silla de alcalde, tras perder su puesto en las pasadas elecciones del 6 de noviembre.
“Este alcalde le hizo mucho daño a la comunidad porque la criminalizó, literalmente criminalizó a todos los latinos”, dijo Maribel Solache, activista del norte del condado.
El republicano se despidió de la ciudad de Escondido con la mirada un tanto pérdida, ante un cabildo abarrotado. Durante su último discurso aseguró que deja una ciudad más segura tras haber deportado a miles de criminales y miembros de pandillas. Algunos de los asistentes lo interrumpieron para protestar por sus palabras.
El nuevo alcalde es el demócrata Paul McNamara que rindió juramento en medio de aplausos, tras sorpresivamente imponerse a su contrincante Abed que gobernaba la ciudad desde el año 2010.
También rindió juramento como nueva regidora Consuelo Martínez, que se suma a la hispana Olga Díaz que hoy sonreía como nunca antes en la sala de cabildo.
“Me siento muy orgullosa porque soy hija de padres mexicanos inmigrantes, y eso es muy importante porque aquí en Escondido somos la mayoría latina”, dijo Martínez.
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El nuevo gobierno promete cambiar, mientras la comunidad indocumentada de la ciudad de Escondido se había acostumbrado a vivir con lo que los activistas llamaban una ciudad anti-migrante.
“Mi ciudad ya no verá a la comunidad hispana como un problema, al contrario celebraremos la diversidad”, dijo el nuevo alcalde de Escondido.
Así con un cabildo que pasó de ser rojo, a tener la mayoría demócrata terminó la primera sesión.
Al salir, varios residentes celebraron con mariachi, incluso hasta el alcalde McNamara se animó a bailar y con una luz de esperanza ven hacia el futuro.
