TIJUANA- Mientras las restricciones en la frontera tienen lugar para viajeros no esenciales y nueva medidas implementadas por Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) retrasan a miles para cruzar la frontera de México con Estados Unidos, cientos de trabajadores del campo de nacionalidad mexicana son admitidos en la unión americana.
Agricultores y hombres originarios de Michoacán, Nayarit, Tlaxcala y otros puntos de México que avanzaban por cientos junto a sus maletas, mochilas, botellas de agua y pasaportes en mano para pasar por lo menos tres meses trabajando en los campos de manzana en el estado de Washington. Pues para quienes portan la visa "R" o "H2A" no hay restricciones o medidas que les impidan cruzar rápido la frontera, pues su trabajo es esencial.
“Es como una contradicción por un lado se cierra la frontera para otro tipo de visas y de migrantes, pero cuando son indispensables para su economía el que marca la pauta es el mercado”, dijo Víctor Clark, antropólogo y académico en Tijuana.
Y mientras esperaban cruzar desde Tijuana, se podía sentir la emoción para los nuevos trabajadores.
“Como es la primera vez, emocionado, nervioso”, dijo Alberto Barrera, originario de Michoacán desde la garita de San Ysidro, quien asegura aunque tenía un trabajo en Michoacán, los 700 dólares que ganará en la pisca de manzana, no se comparan con su oficio en México.
“Yo soy operador de maquinaria pesada y pues es mi trabajo”, señaló Alberto.
Una realidad para todos los que integraban la fila, pues aseguran los expertos, la diferencia en salarios entre Estados Unidos donde a estos trabajadores les pagan un promedio de 700 dólares a la semana y los salarios en México, hacen que, sin importar el oficio, la gran mayoría prefiera dejar el país.
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“Las comparaciones son abismales, aquí los jornaleros tienen salarios si vemos lo que gana un jornalero en el valle de San Quintín, cerca de 170 pesos diarios en promedio”, agregó Víctor Clark.
Aún ante el miedo a contagiarse en medio de esta pandemia.
“Pues si, pero es igual, la pandemia está ahora globalmente, si se va se enfermar allá, se puede infectar igual aquí”, señaló Alberto Barrera, mientras esperaba su turno para cruzar al condado de San Diego.
Y a Juan que dejó en Nayarit a sus dos hijas, esposa y cuatro nietos, dice el cubre bocas y las medidas de distancia, espera hagan que regresar a salvo a casa, pues en medio de la crisis, y temporadas de pisca que aseguraron se han reducido en tiempos, hoy dicen viven la emoción de tener un mejor empleo
“Hasta eso vamos bien protegidos cubre bocas y gel para las bacterias”, dijo Juan Ignacio Ramos, quien ha trabajado por 12 años en los campos de Estados Unidos con la visa de trabajo especial.
