SAN DIEGO-El adolescente viajaba en una camioneta junto a otras 24 personas que chocaron contra un camión de carga en Holtville, cerca de la frontera donde 13 personas murieron.
“Todavía estoy recuperando del accidente”, dijo José Eduardo Martínez González, quien cruzó la frontera hace un año.
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Ha pasado un año desde que José Eduardo Martínez González de 16 años sufrió un terrible accidente.
“No me puedo acordar muy bien”, resaltó el adolescente.
El 2 de marzo del 2021, junto con otros 23 migrantes decidieron cruzar la frontera al viajar en una camioneta que chocó contra un camión de carga cerca de Holtville, donde 13 personas fallecieron.
“Cómo en shock siento que Jose es el que ha superado eso”, manifestó María Félix Martínez González, la madre del menor.
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Inmediatamente, la madre del menor viajó desde Guerrero a San Diego junto con su hijo menor Santiago, mediante una visa humanitaria, para ver a su hijo quien afortunadamente sobrevivió, pero desconocía su estado de salud.
“Estaba destrozado por dentro y tuvieron que hacer cirugía de toda la pancita”, indicó Martínez González.
Después de casi dos meses de estar internado en el hospital, hoy día José Eduardo continua recuperándose de sus heridas.
“El que me ayudaba era mi hermanito el pequeño lo subía a la silla de ruedas y ya me ayudaba empujando la silla”, explicó como su hermano lo ayudó a caminar.
Desde entonces ha permanecido dentro de los Estados Unidos, al ingresar a la escuela en Estados Unidos.
Trabajando pintando casas junto con su madre, y hermano Santiago quienes residen al norte de California.
Gracias a la ayuda de familiares y organizaciones proinmigrantes ha iniciado los trámites de un permiso de trabajo, mientras que José Eduardo espera que su caso legal se resuelva pronto podría legalizar su estatus debido al incidente, según la patrulla fronteriza el accidente se trataba de un intento de tráfico humano y los migrantes a bordo de la camioneta habrían cruzado por un hueco en la valla fronteriza.
“Mientras sea un trabajo un honesto y honrado pues trabajamos”, exclamó la mujer.
“El sueño americano era de él y ahora se nos ha cumplido a nosotros también, que le puedo decir Dios acomoda las cosas no nos quiso tener separados y vea de qué manera nos juntó y bendito Dios estamos juntos acá”, dijo la madre del migrante.
Y es que después de un año la madre del menor asegura recoger los frutos que le provoco la angustia de esta tragedia y tiene que fe que pronto pueda trabajar de forma legal y continuar su vida en este país.
