Coronavirus

Veterano de guerra pierde su más dura batalla contra el COVID-19

Familiares de Roberto Mendoza lo recuerdan con el corazón destrozado.

Telemundo

Roberto Mendoza, de 43 años, se contagió durante Semana Santa y ocho días después perdió la vida.

SAN DIEGO- Algunos miembros del ejercito perdieron la vida en Irak o Afganistán, inclusive en una misión de entrenamiento mientras saltaban de un avión, y otros como Roberto Mendoza pudieron regresar a casa con sus seres queridos, pero jamás se imaginó que una pandemia le quitaría la vida.

Mendoza, de 43 años, veterano de guerra perdió la vida el lunes dentro de la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro Médico Tri-City,  luego de haber estado conectado a un ventilador para tratar de luchar contra el COVID-19.  

Su muerte fue tan repentina que sus familiares no pudieron despedirse de él como debían.

"Nunca pensé que mi hijo hubiera recibido esto porque era un hombre tan fuerte", dijo Yolanda Mendoza, madre de una de las últimas víctimas de COVID-19 en el condado de San Diego.

Su familia lo recuerda como una gran persona y lo reconocido que era entre la comunidad militar de San Diego, ex infante de marina, y además dueño de un negocio.

"Sirvió a su país, fue a la guerra, y uno hubiera pensado en la guerra, todo el peligro que había estado detrás de él", comentó Mendoza.

Según su familia, el 10 de abril les comentó que estaba presentado los síntomas del virus, incluyendo migraña y problemas gastrointestinales, y justo el domingo de Pascua, dio positivo a la prueba de COVID-19.

Un día después fue hospitalizado, pero su estado empeoró.

Siete días de haber sido internado en el hospital, el veterano perdió su batalla contra el coronavirus.

"Estoy segura de que peleó lo mejor que pudo, como lo hizo por su país", dijo Yolanda Mendoza. “El mundo necesita tomar este virus muy en serio".

Roberto Mendoza se mudó a San Diego desde Houston, Texas a los 17 años para unirse al Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos.

Su padre, también llamado Roberto, dijo que su hijo solo quería servir a su país y que era todo de lo que hablaba desde una edad temprana.

Luego se convirtió en un auxiliar para reparar paracaídas, lo cual lo llevó a varias misiones de combate en el extranjero, antes de retirarse como sargento en 2008.

Su servicio militar continuó, esta vez como civil, cuando comenzó los Sistemas de Defensa Táctica en Oceanside.

Los padres de Mendoza aseguraron que era su pasión, pero también quería darle tiempo a su "mejor amigo", su hijo de 9 años.

Yolanda Mendoza
Foto familiar de los Mendoza.

"Su tienda estaba muy cerca de la escuela de Christian, quería poder recogerlo todas las tardes", dijo Yolanda Mendoza.

La familia, incluida la hermana de Roberto, vive en Houston y dice que perderlo ya fue bastante difícil; sin embargo, la enfermedad le arrebató la oportunidad de tomar su mano en sus últimas horas.

El proceso para tratar de devolver su cuerpo a su ciudad natal ha sido agotador para sus padres.

Además, las preguntas sobre por qué y cómo su salud se deterioró tan rápido, han mantenido a sus padres en vela en busca de respuestas que tal vez nunca llegarán.

¿Era el estrés de trabajar largas horas en su negocio? ¿Dónde se enfermó? ¿Podría la máquina CPAP que usaba de noche empeorar las cosas?

"Quién sabe, simplemente no tenemos idea", dijo Yolanda Mendoza. "No creo que lo sepamos nunca".

En solidaridad por el lamentable deceso de Mendoza, un amigo de la familia organizó una recaudación de fondos por medio de Facebook para apoyar al hijo de Roberto.

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