TIJUANA- Alrededor de 300 migrantes de diferentes nacionalidades llegaron a fuera de las instalaciones del Consulado de Estados Unidos en Tijuana, este miércoles, en lo que describieron como un grito de auxilio.
Pues al ser desplazados por la violencia de sus lugares de origen, señalaron que se encuentran en esta frontera en total incertidumbre.
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Con pancartas en mano y gritos de ayuda, alzaron la voz y expusieron sus historias a las afueras de las instalaciones consulares.
“Servir a la nación no es fácil, mucho sufrimiento”, relató un ex soldado quien estuvo siete años en el ejército sirviendo en su natal Guerrero.
Hasta que él y su familia, dijo que también fueron desplazados por el crimen organizado.
“Vine a pedir asilo a Estados Unidos y me rechazaron, no puedo poner una denuncia en Guerrero porque todo está corrompido allá también. Aquí puse mi denuncia para que me apoyen”, mencionó el ex militar.
Así como él, los testimonios se fueron replicando con un micrófono y una bocina en la manifestación.
Alrededor de 300 migrantes tienen en común el miedo, la pérdida, en muchos casos el luto, pero también la esperanza. Como Robertson Hernández, de Guatemala. Él era taxista en su país, y dijo que se negó a trabajar para el crimen organizado, e incluso intentaron robarle a su hijo, que fue lo que los hizo huir de inmediato a esta frontera.
“Y a los que nos negamos, a mí me pegaron, me dejaron bien mal este ojo casi me lo sacan a golpes. Que si no les daba 10,000 quetzales me van a matar a mí y a mi familia; comenzaron a decirme en dónde trabajaba cada uno de mi familia, incluso de la familia de mi esposa”, dijo a TELEMUNDO 20.
Una comitiva de migrantes, entre ella una abuelita de 72 años que fue desplazada por la violencia en Michoacán, dejándola en silla de ruedas, y a quien le mataron a su hija por denunciar el despojo de sus tierras, ingresó al consulado de Estados Unidos para entregar un listado con los nombres de cientos de migrantes del albergue que se encuentran esperando conocer los detalles para poder solicitar asilo político a pocas semanas de poner fin al título 42.
El pastor, Albert Rivera, destacó que urge conocer los protocolos de atención del gobierno estadounidense para que las instituciones puedan apoyar y sumarse a un proceso ordenado.
“Entregamos documentación de todos los que están en nuestro albergue, para cuando se da el protocolo por lo menos ellos ya tienen los nombres de los que están en nuestro albergue, y nos vamos a estar comunicando un poco más directo con ellos”, mencionó.
Pues en los albergues los números se multiplican y las organizaciones civiles operan a marchas forzadas, por lo que requieren de inmediato del apoyo de la comunidad que puede otorgarse a través de la campaña “Adopta un albergue”.
Según el director para la atención al migrante del ayuntamiento, Enrique Lucero, son 30 albergues que requieren de un apoyo colectivo de la comunidad de ambos lados de la frontera.
“Y sabemos que ahorita los albergues están a su máxima capacidad y que requieren de alimento, de atención médica o de insumos para remodelar el albergue, ampliarlo y por eso estamos haciendo esta convocatoria”, dijo.
Pues el flujo migratorio no se detiene y los migrantes en la frontera siguen en una eterna espera donde la única seguridad que tiene es que el número de personas crece y continúa la incertidumbre de cómo hacer para poder obtener un asilo político en Estados Unidos.
