Los habitantes de los municipios de Oaxaca, en el sur de México, golpeados por el fuerte terremoto del 7 de septiembre no lanzaron el tradicional grito de independencia, como es habitual en las fiestas patrias, y en su lugar claman un "grito de desesperación".
La noche del 15 de septiembre, los mexicanos se reúnen para festejar y lanzar el grito que recuerda el inicio de la gesta independentista en 1810.
Sin embargo, en la región del istmo de Tehuantepec, la más afectada por el terremoto de magnitud 8.2 en la escala de Richter, "no hay nada que celebrar", dice Berzaín Toledo, habitante de Ixtaltepec.
Como mucho, concede, es momento de agradecer la ayuda que ha llegado a la población "por parte de dependencias, hay que concederlo, pero sobre todo de la gente cercana de Ixtaltepec, a nuestros hermanos" de comunidades vecinas.
En el estado de Oaxaca se han registrado 78 de las 98 víctimas mortales del terremoto, y actualmente hay unas 100,000 personas cuyos hogares han quedado afectados parcial o totalmente, según estimaciones del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, a falta de que se den a conocer las cifras del censo oficial de daños.
Señalando la decoración de la plaza principal de la localidad, otra vecina de Ixtaltepec, Magali Cruz, dice que los habitantes tenían "una alegría" por la llegada inminente de las fiestas patrias.
"Para nosotros era una satisfacción gozar el 15 y convivirlo con nuestra gente, pero el destino nos trajo una sorpresa", continúa.
México
Los vecinos han cambiado el grito de independencia, afirma Magali, por "un grito de desesperación, un grito pidiendo ayuda, pidiendo consuelo".
El presidente municipal de Ixtaltepec, Óscar Toral, dice que el lugar no está "en condiciones" de celebrar.
"Estamos en emergencia todavía, no es posible hablar del grito ahorita, de festejos; es posible hablar de trabajo, de equipo, de llevar los escombros, de llevar la alimentación a la gente y limpiar las calles", apuntó.
En el municipio, ya son 76 las viviendas en las que se han retirado totalmente los escombros, lo que significa que sus habitantes pueden empezar con la reconstrucción de sus casas.
"Ixtaltepec va a estar de pie muy pronto", aseguró el mandatario municipal.
Una semana después del terremoto, los municipios más afectados por el sismo siguen denunciando la falta de ayuda, de alimento y agua, e incluso hay acusaciones de rapiña.
