Las olas van y vienen llenando de alegria a los turistas que tratan de no pensar en lo que ocurre mas allá de la playa y los hoteles.
"Está la Marina, el Ejército y la policía local", dice Tania, una de las cientos de turistas que vacaciones en Acapulco, en el estado de Guerrero.
Y los operativos permanecen porque la violencia en la entidad ni siquera respeta la época de vacaciones de Semana Santa: en los últimos tres días ocurrieron 21 asesinatos.
La madrugada del lunes, los uniformados mantenian acordonada la colonia en donde se ubica el cuartel de la policía montada de Chilpancingo.
Los vecinos denunciaron que frente a sus instalaciones, a un lado de la autopista que lleva a Acapulco, abandonaron una camioneta blanca y, al llegar los investigadores, confirmaron sus sospechas.
En la cajuela del vehículo, envueltos en cobijas y bolsas de plástico estaban los cuerpos de ocho hombres, amarrados de las manos y amordazados.
"Los ocho tenían huellas de tortura y murieron por asfixia", informa al fiscal de Guerrero, Javier Olea Peláez.
México
Sin ser identificados, los cadáveres fueron llevados al anfiteatro, al igual que ocurrió con las otras 13 víctimas de ilícitos ocurridos el fin de semana en Guererro.
Apenas la semana pasada, Acapulco fue calificada como la tercera ciudad más peligrosa y violenta del mundo, pero a pesar de ello los turistas han llenado en estas vacaciones la zona hotelera confiando en que ahí nada les pasará.
En el área se reforzó el número de elementos, pues el mismo gobierno reconoce que al estado le falta mucho para estar tranquilo.
"Yo creo que el gran pendiente es la violencia", admite Héctor Astudillo, gobernador de Guerrero.
Y por ello los visitantes tratan de no salir de sus hoteles, para no correr ningún riesgo y estar lejos de donde estas escenas una y otra vez se repiten.
