Los buscaban por haber ejecutado a cinco personas en un tianguis de autos en el estado de Tabasco, en México, pero al detenerlos, dos de los 12 sospechosos declararon que como una práctica común los miembros de su organización se comían a sus víctimas.
"Era un proceso de iniciación que ellos estaban sujetos, en los que se cometían actos atroces", asegura el fiscal de Tabasco, Fernando Valenzuela.
El funcionario confirmó que los imputados, menores de edad, fueron quienes confesaron que todo el que quisiera ser parte del Cartel Jalisco Nueva Generación tenía que pasar por esa prueba.
"Se vuelven insensibles ante el dolor, ante el horror y la sangre", sostiene el especialista Ricardo Ravelo.
El experto en narcotráfico ha estudiado de cerca el comportamiento de los sicarios y dice que el consumo de carne humana entre miembros del crimen organizado no es algo nuevo.
Los primeros en hacerlo, recuerda, fueron Los Zetas e incluso uno sus fundadores, Heriberto Lazcano, conocido como "El Lazca", tenía la fama de que cocinaba a sus víctimas para degustarlas.
La misma tradició fue seguida por Los Caballeros Templarios y ahora, asegura, cada vez más organizaciones delictivas lo hacen para probar a sus nuevos integrantes.
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"Parece que el horror y la saña ya no tienen límites", subraya Ravelo.
En el caso específico del Cartel fundado en Jalisco hasta ahora no se tenían antecedentes de esa práctica.
La fiscalía de Tabasco investiga la veracidad de las declaraciones de los detenidos, aunque ya han logrado comprobar el caso de un hombre a quien asesinaron, metieron en la cajuela de un coche y ahí lo fueron desmembrando, según aseguran, para comérselo.
Los hechos desde luego alarmaron a los habitantes de todo México.
"A mí sí me da miedo como ciudadana, ya como sociedad hasta dónde estamos", dice una habitante de Tabasco.
Y es que hoy en día, indican los expertos, para los criminales ya no es suficiente matar, torturar o desmembrar a sus enemigos para mostrar su valor y su poder.
