Morales llega a México: AMLO ”me salvó la vida”

El expresidente aceptó la protección de asilo ofrecida por el gobierno de López Obrador.

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, llegó el martes a México tras su renuncia al cargo luego de varios días de crisis política y protestas.

Morales iniciará un asilo político concedido por el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Poco después de las 11:15 a.m. hora local, Morales descendió del avión de la Fuerza Aérea Mexicana que lo recogió en Bolivia y lo trajo durante la madrugada y parte de la mañana a través de varios países latinoamericanos, para ajustar la ruta porque en algunos se les negó acceso a su espacio aéreo.

Morales fue recibió al pie del avión por el canciller Marcelo Ebrard, quien aseguró que este día era de alegría para México porque pudo concretarse la estrategia para salvaguardar al expresidente de Bolivia, quiene estuvo casi 14 años en el poder.

Morales agradeció a Ebrard y a los mexicanos, pero de manera especial al presidente anfitrión, quien ''me salvó la vida''.

"Mientras tenga la vida, seguimos en política; mientras tenga la vida, sigue la lucha y estamos seguros que los pueblos del mundo tienen todo el derecho a liberarse", expresó.

Sostuvo que su único delito es ser indígena, pero que pese al golpe de Estado en su contra, como definió a la crisis que lo orilló a renunciar, sus convicciones ideológicas son firmes y por ello siempre será antiimperialista.

Evo Morales viajó en compañía de quienes hasta el domingo fueron su vicepresidente y su ministra de Salud.

Mientras el expresidente boliviano llegaba a México, en su país los ciudadanos intentaban regresar a la normalidad tras otra noche de tensión por la acción de grupos violentos.

Por su parte, la oposición busca reunir a la Asamblea Legislativa para encaminar la elección de un presidente transitorio y la convocatoria de nuevas elecciones generales.

El país vive un vacío de poder desde el domingo en la tarde cuando Morales renunció acorralado por las protestas luego de los polémicos comicios del 20 de octubre, que la oposición calificó de fraudulentos.

La Paz parecía una ciudad sitiada. Las patrullas del ejército en las calles evitaron los ataques de grupos violentos, que la víspera quemaron una unidad policial y saquearan propiedades privadas y comercios.

Cientos de vecinos amanecieron en la calle en medio de barricadas improvisadas para protegerse y de fogatas para calentarse del frío paceño.

“Ha sido una noche de miedo. No pude dormir, me pasé rezando”, dijo a The Associated Press Yorka López, una ama de casa que salió temprano para repartir café caliente entre sus vecinos en la calle, en su mayoría jóvenes

El transporte público era más escaso por la presencia de las improvisadas barricadas. La oficina de la fuerza anticrimen en la vecina ciudad de El Alto, un bastión del expresidente, fue saqueada y quemada.

En Cochabamba, en el centro del país, seis autos policiales ardieron tras ataques de grupos violentos que se camuflaron entre seguidores de Morales. Hubo choques con opositores.

“La policía fue rebasada”, dijo el comandante general de la policía, Yuri Calderón. En esta situación, el ejército tiene la obligación legal de ayudar a restablecer el orden público.

“Vamos a ayudar a controlar a estos grupos vandálicos violentos que están sembrando terror en la población”, dijo en la víspera el jefe de las fuerzas armadas, William Kalimán.

Las protestas estallaron hace 20 días en todo el país luego de acusaciones de fraude electoral contra Morales, que buscaba su reelección para un cuarto mandato.

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