Es un verdadero paraíso ubicado en el Caribe mexicano. Sus colores y vegetación lo convierten en una de las joyas turísticas de Quintana Roo; sin embargo, los impactantes paisajes están bajo amenaza.
Como lo muestra este trabajador local, que prefirió no revelar su identidad, un ejemplo está en el drenaje sanitario y la planta de tratamiento de aguas negras.
"Lo que debería ir en el pozo está en el suelo, prácticamente en la calle", dice este trabajador del sistema de aguas.
Y es que la isla de 14 kilómetros creció rápidamente: de contar con 14 hoteles, ahora tiene más de 40 y recibe a más de 7,000 turistas, situación que se refleja en el colapso de los servicios, así lo cuenta Moisés Miguel, hotelero de la zona.
"No es ordenado hemos crecido en menos de un año, ha habido más hoteles, cuartos, piscinas, es mucha la absorción de todos los servicios que estaba hecho para 2,000 personas", argumenta Miguel.
Desde hace 23 años, Holbox fue declarada área natural protegida dentro de la reserva ecológica Yum Balam, pero al día de hoy las autoridades reconocen que no existe un plan de desarrollo urbano.
"Estamos entre heces y anduvimos en un camino de más de 50 metros", dice René Ortega, delegado en Holbox.
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Los empresarios turísticos locales piden que las autoridades federales apliquen un programa de rescate especial; otra parte propone limitar el paso del turismo para aminorar los daños ambientales.
"Hay mucha gente que vive del turismo acá entonces, si cierras las puertas, dejas sin trabajo a mucha gente", dice Cecilia, una turista argentina.
Reparar el drenaje de Holbox y algunos de sus problemas, costaría más de $500,000 dólares. El gobierno local afirma que no cuenta con esa cantidad de dinero.
