Mientras la madre de familia hace tortillas a mano en un restaurante, su esposo y su hijo José recorren las calles en busca de un departamento donde vivir.
Y todos lo hacen felices porque saben que por fin podrán hacer realidad sus sueños.
"Tener un buen trabajo, ganar bien y tener el sueño que tenía en Estados Unidos", explica José Rodolfo López, migrante procedente de Guatemala.
José y su familia salieron de Guatemala con la caravana migrante con la intención de cruzar México y llegar hasta el otro lado de la frontera. Pero dice que en el camino las cosas se pusieron cada vez más difíciles y en medio de esa pesadilla surgió una nueva ilusión.
"He encontrado personas generosas aquí, me ha gustado la Ciudad de México y también aquí hay oportunidades", dice López.
Así que decidieron buscar el asilo en México, tal y como lo están haciendo cientos de migrantes que aquí encuentran lo que les niega el país vecino.
Durante el 2018 se registró el mayor número de solicitudes de refugio del que se tenga memoria, más de 26,000 extranjeros tramitaron sus peticiones para quedarse de manera legal en México.
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Muchos de ellos, como los López, han tenido la suerte de encontrar apoyo de organizaciones y activistas.
"Para nosotros es una crisis humanitaria, nuestros hermanos centroamericanos están sufriendo cada día", dice Israel Concha, de la organización New Comienzos.
Pedro tenía la idea de quedarse solo unos días, pero con el paso del tiempo se dio cuenta que llegar a capital mexicana fue su golpe de suerte, por lo que ya mandó traer a su familia, para iniciar juntos su nueva vida.
"Para qué nos vamos a otro lado sí aquí ya tenemos trabajo, estabilidad", expresa Pedro, migrante de Guatemala.
Dicen que además aquí en lugar de discriminación y rechazo, han encontrado la bondad y ambilidad de muchos mexicanos que los han hecho sentir que esta también es su tierra.
